Voluntarios paquistaníes recorrían en embarcaciones el miércoles distintos puntos de la anegada provincia de Sindh para rescatar a los habitantes atrapados en los poblados y localidades que quedaron sumergidas mientras el país lidia con inundaciones sin precedentes. Los aguaceros, que comenzaron a mediados de junio, han causado desprendimientos de tierra y derrumbes de viviendas, dejando 1,355 personas muertas y más de 600,000 damnificadas. En un momento, las anegaciones cubrieron cerca de una tercera parte del territorio de Pakistán durante varias semanas, según cálculos.