Los infinitos remates de los dos brasileños del Real Madrid, Vinícius y Rodrygo, no sirvieron para nada. Tampoco el apagado fútbol de Bellingham, que no marcó la diferencia. Ni ningún otro nombre de los más suntuosos que tiene la plantilla blanca fue capaz de superar al Bayern Múnich. Sólo uno, tal vez el más inesperado, Joselu, se erigió como el gran protagonista de una nueva remontada épica con la marca del Real Madrid más heroico de la última década. Su doblete, en apenas dos minutos, el 88 y el 90, obró un milagro en el que todos creían dentro de un estadio que incluso se frota las manos cuando su equipo pierde. En la casa del Real Madrid gusta la épica. Ganar sin sobresaltos no está de moda en el Bernabéu. Y si encima el héroe es alguien a quien no se le espera, la leyenda crece. Y, Joselu, sin duda, fue ese nombre al que su afición encumbró de forma inesperada. Fue el tanto de Alphonso Davies en el minuto 68 el que despertó al Real Madrid. Primero, a Carlo Ancelotti, que enseguida introdujo en el terreno de juego a Luka Modric y a Joselu. Se fueron Kroos y Tchouameni. Su decisión fue decisiva. El Madrid no atinaba. Vinicius y Rodrygo no dieron en la diana en varias ocasiones. Se encontraron con los palos y con Neuer. Y el 0-1 del Bayern, parecía haber derrotado a siempre superviviente conjunto blanco.