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Otras elecciones

CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Un proceso más. ¡Propaganda! Otras elecciones: ¡más propaganda! Nuevamente los candidatos a diputados locales desfilan en busca del voto. Ahora toca la renovación del Congreso de Coahuila. Pero después de conocer la triste trayectoria del legislativo en los últimos años ¿qué sentido tiene votar? No sé ustedes, pero llego a estos comicios aburrido, cansado. Pocas son las distinciones y muchas las similitudes. En las calles escucho un comentario de hastío: "siempre lo mismo, todos son iguales". Algunos votamos porque no queda de otra. Otros, en pleno rechazo, ni siquiera se toman la molestia de votar. A diferencia de las elecciones para alcalde, o en su momento presidente o gobernador, el proceso de diputados resulta francamente odioso. No hay cabida para la esperanza de cambio. No sólo sobran legisladores, sino la utilidad pública de su trabajo es ambigua, en ocasiones, abiertamente contraria a los ciudadanos. ¿Ya se nos olvidó que en 2011, el Congreso legalizó el megafraude de la deuda?

Se supone que los congresos son un contrapeso del poder. Un baluarte de los poderes divididos. Una pieza fundamental de la rendición de cuentas en la democracia. Pero desde hace mucho tiempo la balanza está atrofiada. En la relación actual los diputados representan en primer lugar a los intereses personales. En segundo, a los intereses de su partido. Dicho de otra manera: al gobernador en turno. En consecuencia, no hay tal cosa como representación de los ciudadanos. Desde el momento en que la relación legisladores-electores tienen como única mediación al partido, los ciudadanos aparecen como un mero accesorio que hay que sortear cada tres o cuatro años. Su responsabilidad está en función del partido, no así de los ciudadanos.

Si algo representa el Congreso de Coahuila desde aquel fatídico momento donde se legalizó la deuda, es el fracaso como contrapeso del poder. ¿Para qué votar si el Congreso fue incapaz de aclarar las cuentas de Moreira I? ¿Cómo creer que los nuevos aspirantes serán vigilantes, si la corrupción se volvió la marca del estado? ¿Qué van a hacer los nuevos diputados, si los actuales tampoco aclararon la deuda? ¿Dónde están los resultados de la estéril comisión creada por el gobernador?

Me gustaría pensar que estas elecciones son la oportunidad perfecta para quitarle la mayoría a Moreira II por haber tapado el monumental fraude, pero el PAN está autoanulado. La mejor prueba son sus inermes regidores en el Cabildo de Torreón. Los candidatos a diputados panistas están tan descoloridos, que hasta parece que hacen campaña contra sí mismos. Basta leer los mensajes de los candidatos laguneros para ratificar el sinsentido. "Hagamos que se pueda".

Acaso la excepción es Natalia Virgil, quien busca el voto desde un mensaje congruente con su trayectoria política: cuentas claras. Como síndica del Ayuntamiento de Torreón durante la administración anterior, fue la voz crítica de las finanzas públicas y una férrea vigilante.

Entre los priistas el mensaje es un tributo a la generalidad: "Trabajando unidos Coahuila avanza; a paso firme". Para el distrito VI y VII el PRI postuló a Verónica Martínez y Shamir Fernández. ¿Quiénes son estos candidatos? Los exdiputados locales que años atrás aprobaron la legalización de ese fraude llamado deuda de Coahuila. Sobre aviso, sí hay engaño. En cambio, Luis Gurza, ya nunca más en el PAN, dice a los votantes que es honesto y trabajador.

Para estas elecciones el PAN es irrelevante por sí mismo. Y el PRI nos pide el voto como si nada hubiera pasado en relación a la deuda. ¡Mejor imposible! Desde su posición, el estado de Coahuila es pluscuamperfecto. En esas circunstancias, se inscribe la campaña de los principales promotores del Estado de La Laguna. "Vota por ELLA, no por ellos". El grupo que busca la creación del estado lagunero, es liderado por Pedro Luis Martin Bringas y ha cuestionado recientemente a los candidatos a fin de conocer su posición. A como están las cosas, la propuesta de votar por ELLA resulta más viable que un Congreso inútil para los ciudadanos.

ALUMBRADO MILLONARIO

Todo sea por el bien de Torreón. Otra cosa no dirán los políticos. De esa manera, el gobierno municipal aprobó una concesión millonaria a favor de la empresa Construlita. Casi nada: 2 mil 940 millones. ¡Vaya negocio! Ya lo decía Ambrose Bierce sobre la política: "Manejo de los intereses públicos en provecho privado".

Twitter/uncuadros

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