Amarga experiencia. Laguneros sobreviven al huracán 'Odile' y al caos que generó tras su paso.
"A mi no me da miedo regresar y volver a vivir un huracán, me da miedo la reacción de la gente después de él", dijo Alfredo Hernández, torreonense que vivió la experiencia junto con su familia, del Huracán "Odile", en Cabo San Lucas, Baja California Sur (BCS).
Alfredo, su esposa María Guadalupe Rodríguez y sus cuatro hijos: Casandra, Samantha, Alfredo y Aarón, regresaron ayer a Torreón, procedentes de BCS.
El martirio inició con la llegada de "Odile", el pasado domingo y a una semana, no ha terminado. Alfredo dice que, ni los años de violencia que le tocó vivir en Torreón a él y su familia, le hicieron sentir tanto miedo como lo vivido después de "Odile".
"Las personas empezaron a hacer barricadas con antorchas y machetes porque andaban grupos de vándalos queriéndose meter a las casas, dicen que hubo balazos y enfrentamientos en algunas colonias, a nosotros eso no nos tocó verlo, pero sí la forma en la que la gente se armó para defenderse, tuvimos mucho miedo porque expuesta la integridad de nosotros y nuestros hijos como nunca", dice.
"Tuvimos que salir por miedo, es imposible no llorar, fue devastador para mi ver a niños padecer en el peligro constante, nunca entenderé qué hizo que la gente reaccionara como lo hizo", comenta su esposa María Guadalupe.
La familia Hernández Rodríguez decidió salir después del descontrol que ni el mismo Ejército pudo frenar, pues según Alfredo eran simples "espectadores" ante una población desesperada por la falta de alimentos, agua y servicios.
En el vehículo de su trabajo, el miércoles decidieron salir de Cabo. Primero se fueron a La Paz para tomar el Ferry que los llevaría a Topolobambo, Sinaloa. Pasaron 14 horas para poder salir de ese lugar ante la alta demanda del barco. Después de llegar a Sinaloa pudieron regresar en autobús y fue hasta ayer cuando terminó su pesadilla.
Alfredo define a Cabo San Lucas, como una ciudad cordial, con gente noble y muy trabajadora, por eso el asombro del comportamiento de una comunidad enardecida, en parte por la indiferencia de las autoridades gubernamentales que poca ayuda habían brindado hasta su salida. Es por eso que buscarán terminar sus compromisos laborales y regresar a su natal Torreón.
"Cabo es un pueblo muy bonito y óptimo para vivir, pero nos da miedo la reacción de la gente al huracán, es como si hubiera sacado lo peor de ellos por eso regresaremos a finalizar nuestros proyectos de trabajo y luego volveremos a Torreón".
Dice que en Cabo conocieron a muchos laguneros, por lo que piden la colaboración de todos para ayudar a sus paisanos, así como a los demás afectados por "Odile".
