Delicia. Todos los días, Santiago y Chayito ofrecen su menudo con una pieza de pan francés para empezar el día con ánimo.
La pancita de res, el chile rojo, el maíz pozolero, la cebollita, el orégano y un poco de limón, juntos hacen la receta perfecta para contrarrestar los efectos de la resaca, de una noche de fiesta o simplemente para "matar" el antojo de un menudo dominguero acompañado por un pan francés recién hecho.
Aunque su negocio no es farmacia, su menudo resulta ser el mejor remedio para quienes se excedieron de copas y sufren de una terrible "cruda". Se trata del estanquillo "Chayito", ubicado en el corazón del sector Alianza al poniente de Torreón sobre la avenida Múzquiz, entre la Hidalgo y Presidente Carranza.
Aunque pequeño en superficie, el negocio ahora de don Santiago Zavala es grande en sabor; el desfilar de decenas de clientes de todas las edades así lo demuestran.
En medio de un ajetreado día domingo, don Santiago acompañado por su inseparable esposa "Chayito", cuenta que fue en 1970 cuando el estanquillo fue adquirido por su padre, quien aprovechó la oportunidad de adquirirlo, ya que se encontraba en abandono total.
Inicialmente, el negocio de Doña Dolores Angulo y Don Santiago Zavala, fundadores de la menudería "Chayito", se dedicó a la venta de helados Willy, la cual únicamente era rentable en tiempo de calor, por lo que el invierno llegaba la necesidad de contar con recursos crecía cada vez más.
Razón, por la que don Santiago decidió cambiar de giro. Fue entonces que dejó a un lado los helados para dedicarse a vender frijol, maíz, chile, ajo y otros productos más. El negocio sólo duró cuatro años. Y es que para 1974, falleció la fundadora de uno de los puestos de menudo más famosos de Torreón, el de Doña Chabelita.
Durante un mes aproximadamente, el negocio cerró, pero la clientela buscaba menudo, sobre todo los domingos. Ante esa necesidad, don Santiago decidió probar una vez más su suerte. Y fue así como comenzó a ofrecer todos los días, su ya tradicional menudo.
El tiempo pasó y el matrimonio de Doña Dolores y don Santiago pensaron en vender el lugar, lo cual no permitieron sus hijos, sobre todo, Santiago, quien con orgullo lleva el nombre de su padre.
"Desde chico le ayudaba a mis papás aquí en el negocio (…) cuando iban a vender el negocio pensamos que lo que les diera no les sería suficiente para atender sus necesidades por lo que decidimos seguir con el negocio", cuenta Santiago.
Y desde 1995, él y "Chayito" su esposa, son quienes se encargan de la menudería, la cual se encuentra abierta todos los días del año desde las seis de la mañana.
Aunque en ocasiones resulta pesado para Santiago y Chayito, siempre brindan una sonrisa a sus clientes, quienes disfrutan de su rico menudo acompañado por un refresco bien helado, para comenzar su día con el ánimo que se requiere para enfrentar los retos de cada nuevo día.
