La incontinencia es un problema de salud que afecta a 24 por ciento de la población en algún momento de su vida y a 50 por ciento de las personas mayores de 65 años. (ARCHIVO)
Gonzalo Hagerman Ruiz-Galindo, especialista en cirugía de colon y recto, llamó a romper el silencio y consultar a un profesional de la salud sobre las alternativas de tratamiento a largo plazo ante problemas de incontinencia.
La incontinencia es un problema de salud que afecta a 24 por ciento de la población en algún momento de su vida y a 50 por ciento de las personas mayores de 65 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México se estima que aproximadamente ocho millones de personas, de las cuales 75 por ciento son mujeres, presentan ese problema, señaló el catedrático de la Universidad Panamericana y especialista en cirugía de colon y recto.
Los síntomas son: pérdida involuntaria de orina y/o heces, necesidad de ir al baño con mucha frecuencia, insomnio causado por la sensación constante de necesidad de orinar, dolor abdominal y diarrea, entre otros.
Expresó que la incontinencia urinaria y/o fecal tienen consecuencias sociales, sexuales, interpersonales y profesionales vergonzosas, y son potencialmente desestabilizantes, por lo cual los pacientes tienden a aislarse.
Agregó que quienes padecen este mal normalmente tienen dificultad para realizar actividades diarias simples, como trabajar, ir de compras, viajar en automóvil o ver una película por temor a sufrir vergonzosos episodios de incontinencia o por no encontrarse cerca de un baño.
Dijo que lamentablemente esas personas no hablan de su problema y lo sufren en silencio, tardando en promedio 6.5 años en ser diagnosticadas.
“Es clave que la población general tenga claro que la incontinencia urinaria y fecal son condiciones de salud serias que no son parte normal del proceso de envejecimiento. Por lo que romper el silencio y consultar con un profesional de la salud sobre las alternativas de tratamiento a largo plazo es de suma importancia”, indicó.
Hagerman Ruiz-Galindo, mencionó que el tratamiento de esas condiciones incluye cambios de dieta y estilo de vida, ejercicio físico, medicamentos anticolinérgicos y la neuromodulación sacra o estimulación del nervio sacral.
Detalló que la neuromodulación sacra se realiza mediante el implante de un neuroestimulador por debajo de la piel en la zona superior de los glúteos, y éste actúa en forma similar a un marcapasos, estimulando los nervios sacros encargados de controlar el funcionamiento del piso pélvico, con impulsos eléctricos leves.
Señaló que de esa forma se restaura la comunicación entre dicha zona del cuerpo y el cerebro. Logrando como resultado unos patrones más normales de evacuación.
