Condena.El gobierno de Afganistán condenó ayer el informe de tortura publicado por el senado. (AP)
Espías de alto rango del presente y el pasado hicieron campaña el miércoles para desacreditar la investigación del Senado a las inquietantes torturas que la CIA aplicó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, luchando para que se defina el contexto histórico e impedir posibles acciones jurídicas en su contra.
El informe de la Comisión de Inteligencia de la cámara alta no pide que se enjuicie por fechorías cometidas, y el Departamento de Justicia no tiene interés en reabrir una investigación penal. Pero la amenaza para los ex interrogadores y sus superiores fue enfatizada cuando un investigador especial de las Naciones Unidas exigió que los responsables de "crímenes sistemáticos" sean presentados ante la justicia, al tiempo que grupos defensores de los derechos humanos presionaron para que sean arrestados personajes cruciales de la CIA y del gobierno de George W. Bush si viajan al extranjero.
Funcionarios actuales y pasados de la CIA contraatacaron, decididos a retratar el informe del Senado como una triquiñuela política por parte de senadores demócratas que mancilla un programa que salvó vidas estadounidenses.
"Es un estudio unilateral estropeado por errores en los hechos y la interpretación; está esencialmente mal realizado y es un ataque partidista sobre la agencia que ha hecho todo lo posible para proteger a Estados Unidos", escribieron los ex directores de la CIA George Tenet, Porter Goss y Michael Hayden en una columna de opinión del Wall Street Journal.
Libera a prisioneros
Estados Unidos liberó a los últimos tres prisioneros que estaban en el Centro de Detención Parwán en Afganistán, poniendo fin a la operación estadounidense de todas las prisiones en el país después de más de una década de guerra, informó el Pentágono.
Dos de los detenidos fueron transferidos y puestos bajo custodia afgana para su posible procesamiento judicial, mientras que el tercero no fue considerado una amenaza y está buscando acomodarse en otro país. Uno de los transferidos es Redha al-Najar, quien en 2002 fue torturado por la CIA. El reporte dice que al-Najar, un ex guardaespaldas de Osama bin Laden, estuvo retenido en la llamada "cantera de sal" de la CIA en Afganistán y sus interrogatorios incluyeron "aislamiento en total oscuridad; reducir la calidad de sus alimentos; hacerlo escuchar música 24 horas al día y mantenerlo".