Nuestros subagentes vestidos con uniforme de primaria nos informan de supuestas travesuras que el año pasado hizo el director de Prevención Social de la Violencia, José Elías Gánem, gran aficionado a las reyertas. Resulta que "alguien" metió mano en los recursos destinados a la entrega de las becas escolares de mil pesotes durante seis meses para niños de bajos recursos económicos. El caso es que "supuestamente" se descompusieron algunos cajeros automáticos de sucursales bancarias, porque luego de que a los beneficiados se les dio la primera entrega, ya no recibieron ni siquiera un "esperen tantito, tenemos problemas técnicos".
Y por más que iban cada mes a verificar el depósito les aparecía la cuenta en redondos ceros. Los recursos son del Programa Nacional de Prevención de la Delincuencia del año pasado y sería bueno conocer si en la Urbe de Adobe el director estatal del programa, Sergio Sisbeles, está al tanto de esta cuestión. O tal vez salgan con que allá también, misteriosamente, se les descomponen los cajeros. Pero mientras se da una explicación al respecto, don Pepe, a quien se le conoce como el “Señor Violencia” en los pasillos del área de regidores de oposición del Invernadero Mayor, sigue acumulando puntos negativos sin que su patrón, el alcalde Miguel Riquelme, dé color de para cuándo va a realizar los tan esperados cambios que anunció al inicio del año.
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Como reguero de pólvora circuló ayer el rumor del enésimo cambio en el gabinete del gober Rubén Moreira. Se trata del secretario de Salud, Héctor Mario Zapata, quien asumió las riendas apenas en agosto de 2014 para sustituir a Lauro Cortés. En radiopasillo del Palacio Rosa de la Urbe de Adobe se hizo escuchar la especie de que quien entrará al quite en la secretaría será Sebastián Cepeda, actual delegado del ISSSTE en Coahuila y cónyuge de Bertha Castellanos, quien fue la primera secretaria de Salud de la actual administración estatal. La versión de este posible cambio coincide, casualmente, con las misivas que acaban de llegar procedentes de la capirucha del esmog en sobres sellados por la Auditoría Superior de la Federación que hablan de varias travesuras que se cometieron cuando precisamente doña Bertha todavía era la “primera doctora del Estado”. Entre las presuntas irregularidades que se mencionan están algunos pagos que la Secretaría hizo en 2013 a personal “fantasma”, es decir que no fue ubicado dentro de la estructura orgánica de la misma. Aviadores, pues. También se habla de una nómina con evidentes signos de obesidad (al parecer ahí nunca llegó el programa “Mídete, Nútrete y Actívate”). Además, la tremenda Auditoría detectó un descontrol en el manejo de medicamentos, ausencia de inventarios y la falta de licencias sanitarias. Por si fuera poco, en las famosas Caravanas de la Salud sólo se invirtió una mínima parte de los recursos asignados sin que se aclarara qué fue lo que pasó con el resto. La gran pregunta que seguramente se hará usted, agudo lector, es: en caso de que, como se afirma, Cepeda llegue a ser el nuevo secretario de Salud ¿estaría dispuesto a investigar todas estos trapitos sucios que la Auditoría sacó a la luz de la gestión de Castellanos? O tal vez de lo que se trata es de un clásico caso de cuidado de espaldas.
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Mientras que el gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, sigue presumiendo su cercana relación con el preciso Enrique Peña Nieto, relación que pudo cultivar durante los cuatro meses que estuvo al frente del Consejo de Virreyes -entiéndase la Conago-, se están fraguando varios tejes y manejes en la carrera por la sucesión de la silla principal de la entidad, en particular de un personaje que, aunque lleva el mismo apellido, no pertenece a la corte del mandamás provincial. Y es que la senadora Leticia Herrera ha aprovechado las “distracciones” de don Jorge -de quien se dice ya busca hueso en el gabinete federal- y ha ido ganando terreno en busca de una mayor proyección. El miércoles pasado, la exalcaldesa y suspirante a la gubernatura asumió la subcoordinación de Enlace Legislativo que depende de la Coordinación Nacional de Vinculación Empresarial y Emprendimiento del PRI, que dirige la diputada Adriana Fuentes Téllez. La toma de protesta estuvo a cargo del pastor supremo del rebaño tricolor, César Camacho, quien señaló que con la creación de la citada coordinación, el partido “tiende un puente al empresariado y busca fungir como una bisagra útil” para el PRI”, bisagra que seguramente aceitará muy bien doña Lety para hacer migas con los ipecos y construir la red de apoyos necesarios para armar su catapulta electoral, ya que, como se sabe, no cuenta con la venia del gobernador para ser la sucesora. Pero dicen los que saben que don Jorge tendrá que reconciliarse con mucha gente con la que se peleó en estos años y hacer alianzas si quiere que sea su dedo el que unja al candidato del tricolor en Durango para la gubernatura de la entidad.
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Y ya que hablamos de los entuertos del estado de los alacranes, quien quedó muy mal parado ayer durante la visita del gober Herrera fue el alcalde de Gómez Palacio, José Miguel Campillo. Todo inició por una manifestación que un grupo de ladrilleros organizó ayer a las afueras del hotel en donde el mandamás estatal ofreció una rueda de prensa. Dicha protesta por poco termina termina en zafarrancho debido a que los elementos de seguridad del hotel no querían que los quejosos molestaran al patrón. Ante la negativa, el representante de los ladrilleros, el exrregidor panista José Antonio Meraz, la armó de tos argumentando su derecho a manifestarse pacíficamente en la vía pública. Luego del conato de bronca, el gobernador decidió darse un baño de pueblo al salir a saludar a cada uno de los manifestantes y escuchar sus reclamos. Los ladrilleros aprovecharon la ocasión para dejarse caer contra don Pepe, a quien calificaron de insensible, falto de capacidad al no mostrar la humildad de atenderlos y otras sutilezas. Con su sonrisa característica en el rostro, Herrera tomó nota de las quejas y luego se retiró con no sin antes dejar la promesa de que revisaría el tema. Los subagentes disfrazados de guaruras comentan que el nerviosismo invadió al equipo del alcalde gomezpalatino por no lograr desactivar una protesta que empañó la visita del mandamás duranguense.
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En donde parece que siguen empeñados a querer tapar el sol con un dedo es en el gobierno de la provincia coahuilense respecto al tema de las travesuras y pasadas de mano de los famosos gates. Luego de que la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitiera su recomendación sobre la presunta desaparición forzada de un ciudadano a manos de la llamada “marea negra” -ciudadano que, por cierto, luego apareció sin vida-, en la Procuraduría General de Justicia de Coahuila y en la Comisión Estatal de Seguridad han optado por guardar un silencio sepulcral. Hasta hoy se han escudado en la promesa de que van a investigar el caso, pero de ahí en más nada han hecho. Y aunque los incómodos representantes de la prensa han buscado de distintas formas una declaración que dé alguna luz respecto al tema, el subprocurador Juan José Yáñez ha toreado todas las preguntas bajo el argumento de que él no está enterado del tenebroso asunto. Para acabarla de amolar, en la recomendación de la comisión se menciona que en los hechos fueron cuatro las personas “detenidas” y no una, sin que hasta la fecha se sepa qué fue lo que pasó a ciencia cierta con ellas. Es decir, todo un caso para Sherlock Holmes. Y mientras las H. Autoridades del Estado mantienen el discurso de que existe una campaña “negra” en contra del grupo de élite de marras, las quejas contra los elementos se siguen apilando en los escritorios de la institución protectora de Derechos Humanos y varias organizaciones civiles. No estaría de más que, cuando menos, el procurado Homero Ramos y el comisionado de seguridad, Hugo Castillo, le echaran una ojeada antes de andar viendo moros con tranchete en todos lados.
