Un país menor de edad
“Si se tratara de deslindar responsabilidades, los servidores públicos arrasarían”.
Estudiantes que no quieren dar su máximo esfuerzo para aprender y ser los mejores, se conforman simplemente con pasar los requisitos mínimos que les impida meterse en problemas.
Maestros que no cumplen con su función a cabalidad, como que hacen que enseñan en vez de crear conciencia en sus pupilos de la importancia de prepararse correctamente.
Empresarios codiciosos que quieren todo para sí y cada vez quedarse con una mayor parte del pastel… para luego buscar otros pasteles en donde saciar lo insaciable.
Profesionistas sin ética que hacen trampa y muestran nulo respeto por leyes, reglamentos, normas, etcétera.
Medios de comunicación subordinados al poder, acostumbrados a mercadear con lo que informan y con lo que callan. Buenos para hacer dinero y pésimos para combatir tanta ignorancia.
Religiosos que manipulan a los que pueden para sacarles lo posible además de tomar control de sus conciencias, la amenaza del fuego eterno sigue dando frutos.
Fuerzas del orden en contubernio con los malandros cobrando en dos lados y sirviendo sólo a uno. ¿Habrá otro tipo de traición más vil?
Sistema judicial arcaico, postrado, titubeante, pachorrudo, inseguro de sí mismo. Como que quiere y no puede.
Sindicatos que hacen y deshacen chantajeando acorde al tamaño de su fuerza, controlados por unos cuantos que se benefician y muchos que se alinean.
Políticos corruptos, insensibles, frívolos, calculadores, falsos. Encontraron el negocio perfecto en donde no hay qué invertir ni tomar riesgos, pero aún así recaudan toneladas de dinero. Claro, recursos ajenos que se apropian sin el menor pudor ni recato… “¡faltaba más! Las leyes son para la plebe no para nosotros”.
Partidos políticos que aparentemente compiten entre sí pero cuando les conviene se unen y prostituyen unos con otros. “Primero cubrimos nuestros intereses y para eso sí nos entendemos y rapidito… luego vemos lo otro”.
¿Llegará el día en que la mayoría actuemos antes que nada acorde a nuestra propia conciencia?
¿Seremos capaces de dejar de ser tan egoístas y serviles?
¿Podremos llegar a respetar los intereses y derechos ajenos?
¿Dejaremos de considerar la posibilidad de tomar lo que no es propio?
¿Estaremos dispuestos a contribuir a proteger y apuntalar a los más desprotegidos?
¿Decidiremos actuar con honestidad y honradez simplemente por convicción?
México es grande y grandioso, nuestro territorio bello y fértil, nuestros litorales mágicos y coloridos. Gente buena y noble, alegre y espontánea.
El tequila y el mariachi, el mole y chiles rellenos, su música y folclor, sus artesanos.
Lástima que haya tantos mal nacidos indignos de vivir en esta tierra bendita.
Pd: Sería un gran acierto prohibir el despilfarro de recursos públicos en atormentarnos con mensajes propagandísticos amañados y con verdades a medias. No es justo que nosotros mismos paguemos este calvario y manipulación.
Jaime Díaz de León,
Comarca Lagunera.
