Con su 'chongo' y barba apuesta a la tolerancia
Ataviado con prendas masculinas y femeninas -una chamarra tipo militar, blusa de tejido, short tipo colegial, calcetas largas- y su ya distintivos tacones, se presentó Alfonso Murillo ante las y los alumnos de la Universidad Iberoamericana Laguna para impartir la conferencia "Eres lo que quieres ser".
Su atuendo y su look -chongo y barba larga- son parte del mensaje que lleva a la sociedad, ser tu mismo sin etiquetas, ni estereotipos.
Para Murillo los artículos, accesorios, vestimentas, colores, peinados, roles que se asignan a hombres y mujeres son parte de un "manual" con el que se nace y que limita la posibilidad de hacer las cosas con libertad, e incluso atormenta a quienes les gusta lo opuesto y tienen que adaptarse por su género.
Es por eso que su imagen es la representación de su rechazo hacia las imposiciones sociales y estereotipos sociales.
"Me encontré con una sociedad que no estaba lista para ser lo que yo quiero ser y de alguna manera logré modificar eso para poder ser la persona que soy, sin ser linchada, pienso que si yo pasé por eso que a lo mejor allá afuera, no son hombres que quieren utilizar tacones, es otra cosa y mi mensaje es decirles que pueden ser esa persona".
Murillo contó que en una representación de preparatoria, se puso unos tacones que le gustaron "y dije de aquí soy".
En su plática abordó el tema de la discriminación y llamó a las y los jóvenes de la importancia del respeto y la tolerancia hacia las demás personas para enriquecer la diversidad, así como a vencer los temores -al ridículo, al escándalo, al escarnio- si así tiene que hacerlo, para ser quienes decidan.
El evento se desarrolla en el Foro Expresa 2015, organizado por la Asociación de Sociedades de Alumnos.
Trayectoria
Datos del expositor.
⇒ Alonso Murillo es egresado de la licenciatura de diseño textil y cuenta con su negocio propio en la Ciudad de México.
⇒ Ha participado en campañas de diferentes revistas, en donde lo distintivo es la propuesta innovadora y distinta a la convencional, lo que no siempre se le perdona, pero que de igual forma que la primera vez que usó tacón, no le interesa.