A FIN DE HABLAR CON DIOS EL PADRE SOÁREZ SOLÍA IR AL BOSQUE
-Ahí estoy siempre -le decía el Señor.
A veces para conversar con Él iba el padre Soárez a la orilla del mar. Le decía Dios:
-También ahí estoy siempre.
Aquella tarde el padre Soárez charlaba con Cristo en un templo.
Decía el Señor:
También estoy ahí. A veces.
-Señor -le dijo el padre Soárez, pensativo-, conforme tengo más años siento que me voy volviendo más bueno, más amoroso, más comprensivo y tolerante, menos severo y riguroso, más dado a la indulgencia y al perdón...
En los labios del Señor apareció una sonrisa.
-Uh, Soárez -le contestó a su amigo-. ¿Cómo crees entonces que me siento yo, que tengo todos los años del mundo?
¡Hasta mañana!...