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Solo y Sin Marca

ALEJANDRO RODRÍGUEZ

No suelo ver partidos amistosos porque se me hace una pérdida de tiempo. Al final el entrenador hace lo que le da la gana y son tantos los cambios y los experimentos que es casi como haber asistido a un entrenamiento, actividad que también evito. Por lo mismo, no les doy importancia (al partido amistoso, claro, no me refiero al entrenamiento, que es más que vital) pues el resultado final nada indica, ya que uno no sabe para qué utilizó el técnico en turno tal compromiso: qué quiere ver, probar o experimentar.

Sin embargo, casi todos los juegos de exhibición son en pretemporada, cuando un equipo apenas se va familiarizando y adquiriendo condición física. Una de las características de este tipo de juego es que los jugadores apenas y pueden correr con agilidad, pues vienen de cierto letargo.

Digo todo este preámbulo porque el resultado final del amistoso entre Santos y Chivas jugado en Estados Unidos el pasado fin de semana me dejó seriamente preocupado. No es que no lo estuviera antes, desde que Pedro Caixinha comenzó con sus declaraciones y ya desde el torneo pasado, la situación del equipo no me deja disfrutar con soltura mis muy merecidas vacaciones, pues no veo cómo el equipo pueda mejorar en el corto plazo.

Aunque ya aclaré lo que para mí significan los juegos amistosos, el 4-0 sufrido ante las Chivas me dejó inquieto. No fue un partido de pretemporada, en el que se entienden ciertas cosas: falta de ritmo, falta de condición física, de juego en equipo, y por lo tanto, se puede entender un marcador tan abultado como el que hubo.

Tras recibir el espaldarazo de la directiva santista, Pedro Caixinha no debió permitirse esa goleada, por muy amistoso que fuera el juego. La poca esperanza y el poco entusiasmo que quedó en algunos (los crédulos) se terminó por esfumar al conocer el marcador final.

Ignoro el funcionamiento del equipo, repito que no vi el juego, pero sé que un 1-0 o un 2-0 pueden ser injustos o engañosos y quizá el que perdió merecía mucho más. Sin embargo, el 4-0 es contundente y no se presta a análisis ni interpretaciones. Si alguien te golea 4-0 es porque te pasó por encima, y punto.

Santos Laguna dice que no toma decisiones populistas (ha despedido a mitad de torneo en los últimos años a Romano, Cocca y Sergio Bueno, pero ya no nos metamos en eso, porque me encuentro de vacaciones y ya no quiero que me reclamen) pero también todo por su nombre.

De la noche a la mañana el equipo no va a mejorar con Pedro Caixinha simplemente por un discurso o por un continuismo (no continuidad) de la directiva. El equipo claramente necesita un estratega y no lo tiene. Yo no veo por dónde tras 4-0 de Chivas, pero ojalá me equivoque.

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