Pasión. Cada quince días, Orlando acude con su familia y amigos a los partidos del Santos. (ANGÉLICA SANDOVAL)
Santos será campeón, dice visiblemente emocionado Orlando Ibarra Espinoza, quien se considera un "guerrero de corazón". El joven de 27 años de edad, tiene una discapacidad, sin embargo, asegura que esto no es una limitante para apoyar al equipo de sus amores.
"Que yo esté en silla de ruedas no me limita de nada, siempre he salido adelante, es fuerte, pero te adaptas y aprendes a vivir así, echarle ganas está en uno, como todo buen guerrero", dice el aficionado santista.
Orlando ya está preparado, con bandera, gorra y playera para apoyar desde la tribuna del Territorio Santos Modelo a sus guerreros en la gran final de ida que disputarán hoy contra los "gallos blancos" del Querétaro.
"Yo no soy santista de corazón porque el corazón en algún momento se detiene, soy santista del alma, porque el alma es eterna", expresó con emoción el joven.
Durante el torneo regular y en esta fiesta grande del futbol mexicano, Orlando se declaró seguidor del arquero Agustín Marchesín, quien fue una de las figuras durante la semifinal de vuelta de la liga, en donde Santos derrotó al Guadalajara tres goles por cero.
"¡Ay mi Marche!, no te dejes que te metan ni un gol, te has ganado el cariño de la gente con tus atajadas, es que ha sido el guerrero mayor, nos ha ayudado mucho, todo el equipo tiene el apoyo de La Laguna, queremos un campeonato, queremos las cinco estrellas, Yo sí creo y siempre creí", dijo.
Orlando cuenta que hace un mes, recibió un correo del Club Santos Laguna para invitarlo a que asistiera a uno de los entrenamientos del equipo albiverde.
Ahí, convivió con los jugadores y hasta le autografiaron su playera.
Pero el joven ha ido más allá. "Antes de que se fuera Mauro Cejas, exjugador de Santos, subí a las redes sociales un video donde mi sobrino estaba llorando porque se iba él y Darwin, no sé como llegó a sus manos, no lo podía creer, el Pitu me mandó un WhatsApp y nos invitó a su casa, quería conocer al niño", añadió.
En su pasión por el equipo lagunero, Orlando ha estado acompañado de sus amigos, de su madre, que dice, le ha dado mucho apoyo y de su hermano de 21 años, quien asegura es su mano derecha.
"La emoción siempre ha estado cada vez que entro al estadio, los nervios están latentes, pero tengo fe en mi equipo, vamos a quedar campeones de esto estoy seguro, ya nos toca", finalizó.
