El secretario de la Defensa se queja de los gobiernos y malas policías locales, y el jefe de Gobierno y el procurador capitalinos se apresuran a validar la crítica.
Un general retirado, Jorge Carrilo Olea, me comenta que nuestro "ejército tiene mucho tiempo confundido en sus fines". Y sí, quienes gobiernan este país han utilizado constantemente a las fuerzas armadas para funciones que no le corresponden. Lo novedoso es que el secretario de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, salió a inconformarse durante una entrevista a Carlos Benavides en El Universal (29 de junio de 2015).
El general habló claro. "No nos sentimos a gusto haciendo funciones de policía". Cumplen porque es una orden presidencial y saben que "de no hacerlo nosotros, en este momento no hay quién lo pueda atender". Añadió que urgen "cuerpos policiacos más capacitados, mejor preparados, mejor armados." El general no responsabilizó al presidente Enrique Peña Nieto, pero sí a mandatarios locales. "En la gran mayoría [de las entidades] no veo esfuerzos decididos porque estas policías avancen".
La entrevista al general apareció el lunes, para el sábado 4 de julio, en Reforma, se publicó como nota principal -no firmada- un reportaje sobre la colonia Condesa donde una "red de extorsionadores tiene contra la pared a restauranteros". El texto describe con detalle la forma cómo vigilan a las víctimas potenciales y se documentan sobre sus ingresos y vulnerabilidades para luego presentar peticiones monetarias muy precisas. En caso de negativa o resistencia los ejecutan.
La estrategia de seguridad depende de la conceptualización del riesgo. Miguel Ángel Mancera (MAM) y su equipo niegan que haya delincuencia organizada en la capital porque los ochenta mil policías de proximidad y cuatro mil de investigación operan con mando único, por las peculiaridades urbanísticas (el tráfico, por ejemplo) y por la organización social. Aceptan que en el DF hay delincuentes, venta de drogas, armas y lavado de dinero, pero no crimen organizado.
Es una tesis endeble y discutible porque ignora la enorme capacidad de adaptación que tienen las bandas criminales que funcionan de manera diferente en Tamaulipas, Sinaloa o en los municipios conurbados del Valle de México. La reacción del gobierno capitalino ha sido contradecir el reportaje de Reforma o las noticias emitidas por otros medios (fue el caso con Enfoque Noticias que conduce Leonardo Curzio).
El GDF recurrió al show y las declaraciones. El procurador Rodolfo Ríos dedicó su fin de semana a recorrer bares y restaurantes de la Condesa donde iba preguntando, frente a las cámaras, si habían sido extorsionados o amenazados por la delincuencia. Los interpelados respondían una y otra vez que "no". Además reclutaron a los organismos empresariales del ramo quienes salieron a declarar, después de una reunión con las autoridades, que a ellos jamás les ha llegado una denuncia.
El segundo espectáculo fue igual de lamentable. También el fin de semana lanzaron un operativo en la Condesa con centenares de policías uniformados (innecesario si no hay ninguna denuncia ni existe crimen organizado). Una fotografía de Ricardo Moya muestra a un grupo de policías con sus rifles de asalto y sus chalecos antibalas sobre las cuales aparece un gran letrero proclamando que son de "inteligencia". Exhibicionismo absurdo si se recuerda que la inteligencia requiere discreción.
La negación de las autoridades capitalinas valida el reclamo del general Cienfuegos de que la mayor parte de las entidades hacen poco para combatir en serio al crimen organizado. Este zipizape debería servir como un recordatorio a Morena de lo mucho que deberá hacer para distinguirse de los gobiernos perredistas.
La tribu de René Bejarano entregará la Cuauhtémoc -donde está la Condesa- a Ricardo Monreal. Sería deseable que el delegado electo no se apresure a lanzar declaraciones sino que se empeñe en diseñar estrategias que tomen en cuenta las peculiaridades del crimen organizado. La delegación Cuauhtémoc y la capital están urgidas de políticas integrales que atiendan simultáneamente los métodos de operación del crimen organizado y sus bases económicas, sociales y culturales.
A la nación conviene que las fuerzas armadas vayan regresando a sus cuarteles. Es indispensable que las policías mejoren. En el Distrito Federal la sociedad organizada debe enseñar a Miguel Ángel Mancera y su equipo que ellos tampoco entienden que no entienden.
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Colaboró Maura Álvarez Roldán