En aumento. Miles de personas han mostrado en las calles su descontento con el gobierno federal.
Las diversas protestas que se registran a lo largo del país son muestra de hartazgo y rompimiento social, así como de la ausencia del Estado, consideraron legisladores, representantes de organizaciones civiles y académicos.
"Muchas protestas obedecen a un problema de rompimiento social. Cuando las demandas no son atendidas o son atendidas de manera parcial, pasa esto", consideró María Elena Morera, directora de Causa en Común.
De acuerdo con el antropólogo del INAH, Elio Masferrer, el hecho de que hayan aumentado las movilizaciones en México es signo, no sólo del hartazgo de la gente, sino también de un Gobierno debilitado. Para Javier Sicilia las protestas reflejan la descomposición del Estado, cuyos gobiernos deberían servir a la armonía y atender las necesidades de los ciudadanos, pero que en realidad se han dedicado a violentar y a saquear.
"Cuando la gente sale a protestar es porque ya está harta de que no fue escuchada y es la única manera que tienen de llamar la atención de las autoridades", comentó Isabel Miranda de Wallace, presidenta de Alto al Secuestro. En las últimas semanas grupos de diverso origen se han manifestado en contra de leyes, gobernadores, iniciativas de ley. Empresarios, católicos, maestros, ciudadanos y activistas han salido a las calles.
Señalan debilidad del Estado
El aumento de movilizaciones sociales en el país es una expresión de la desconfianza en las instituciones y del debilitamiento del Estado, consideró, Gustavo de la Vega Shiote, sociólogo de la UNAM.
Los movimientos sociales, señaló en entrevista, son una constante en México, pero en los últimos años han ido en aumento. "Los movimientos sociales de hecho son permanentes y sanos, y que el poder político sepa dialogar, sepa negociar, sepa llegar a soluciones; sin embargo, la táctica del Estado ha sido intentar destruirlos y eso lo que ha generado es que cada vez haya más inconformes, que haya gente que se solidariza con ellos y que esto vaya incrementando", apuntó.
Los factores principales que han llevado a la gente a movilizarse, indicó, son la inequidad, la injusticia y la corrupción, que derivan en la desconfianza de la instituciones del Estado.
"Los estímulos primarios están en la vida cotidiana: cuando vemos que los alimentos suben de precio permanentemente, cuando el acceso a los servicios es realmente decepcionante, eso va generando molestia, de repente, un detonador hace que esto explote, y en este momento hay detonadores por todas partes", sostuvo.
El incremento de movilizaciones y un ambiente donde hay violencia, advirtió, pueden resultar en ingobernabilidad.
