Columnas la Laguna

MIRADOR

ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

La mañana era fresca y era clara. Con sólo abrir la boca habrían calmado su sed todos los sedientos.

San Virila fue al pueblo a pedir el pan para sus pobres. Al pasar por la escuela vio a una niñita que lloraba en el patio de recreo: sus compañeros no la dejaban subir al columpio. San Virila movió su mano, y de la rama del árbol grande bajó un columpio hecho de rayos de sol.

La niña subió a él y le pidió al frailecito que le diera vuelo. San Virila sopló levemente, y el columpio llevó a la pequeña a la altura del viento. Todos los niños querían subir a ese columpio.

Cuando el humilde fraile regresó al convento el padre superior ya lo esperaba para reprenderlo. ¿Por qué desperdiciaba sus milagros en naderías? Contestó San Virila:

-Reverendo padre: ésta fue una todería. Cualquier cosa haría yo para enjugar las lágrimas de una niña que llora.

¡Hasta mañana!...

Leer más de Columnas la Laguna

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas la Laguna

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1238192

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx