La obra del compositor alemán Carl Orff, a 123 años de su nacimiento, que se cumplen hoy, sigue vigente con ejecuciones y estudios sobre su metodología pedagógica.
De acuerdo con el portal oficial del compositor, Carl Orff nació el 10 de julio de 1895 en Munich, Alemania, en el seno de una familia de funcionarios y académicos.
En la casa de la familia Orff hacer música era algo natural; Heinrich Orff (1869-1949), el padre de Carl era un oficial que tocaba el piano y algunos instrumentos de cuerda, mientras que su madre Paula (1872-1960) era pianista de formación, y fue ella quien principalmente reconoció y alentó el talento musical de su hijo.
Carl Orff comenzó a estudiar piano a la edad de cinco años y continuó con la enseñanza de violoncelo dos años más tarde e inició varios intentos para tocar el órgano.
De 1905 a 1907, Orff asistió a la escuela primaria Ludwigsgymnasium y, desde 1907 hasta 1912, a la Escuela de Wittelsbach Gymnasium en Munich, ésta última la dejó con el fin de estudiar en la Academia de Música de Munich.
Según el portal biografíasyvidas.com a partir de 1915, Orff fue director de orquesta del teatro Münchner Kammerspiele y, tres años después, en Mannheim y Darmstadt; en esta época compuso la música de escena para Leonce und Lena de Büchner.
De regresó a Munich, en 1919, estudió composición y desarrolló un interés por la música antigua, que lo llevó a hacer arreglos sobre algunas de las obras de Claudio Monteverdi (1567-1643), como Orpheus y Klage der Ariadne, estrenados en 1925 y cuya publicación definitiva se hizo en 1940.
En 1937, Orff saltó a la fama cuando dio a conocer su cantata Carmina Burana, recreación en clave moderna que combina la poesía profana del siglo XIII con música intensa y deliberadamente sencilla para gran orquesta y coro, estructurada con ritmos enérgicos y vibrantes, y ricas sonoridades.
Escribió también las óperas La luna, La mujer astuta y Antígona. En sus creaciones dramáticas, Orff no sólo se apoyó sobre la música, sino que aunó elementos textuales y escénicos de forma que sus obras pueden calificarse en el género de gran teatro del mundo.
La teoría de que la música comienza en el propio individuo es la base conceptual que Carl Orff tenía en cuanto a la educación musical y cuyo objetivo era fomentar “la práctica musical elemental”.
Lengua, danza y música concebidas como tres formas de expresión de idéntica importancia; interpretación e improvisación se combinan en un proceso de trabajo que proporciona un alto grado de libertad creativa y conduce a una actividad artística integral.
El gran genio de Carl Orff dejó de brillar cuando perdió la vida el 29 de marzo de 1982, en Munich, Alemania. Fue enterrado en la Capilla del Dolor en la Iglesia del Monasterio de Andechs.