Históricamente los mexicanos que viven en el exterior, la gran mayoría en Estados Unidos, han apoyado a candidatos del Partido Acción Nacional (PAN). En las primeras dos elecciones federales en que pudieron votar los connacionales en el extranjero, dieron su aval a Felipe Calderón y a Josefina Vázquez Mota. Representaba el éxito de la coalición pro-PAN que había construido Vicente Fox en su campaña presidencial en 2000, en que tejió una base de apoyo entre los mexicanos en el exterior, y que Vázquez Mota también cultivó activamente cuando era secretaria de Desarrollo Social, puesto en que mostró ser una aliada activa de los grupos migrantes.
Antes de Fox, Cuauhtémoc Cárdenas también había tejido una red de apoyo entre migrantes para la izquierda, y viajó frecuentemente cuando era candidato a visitar a líderes migrantes en el país vecino. Pero Andrés Manuel López Obrador y otros líderes de la izquierda jamás entendieron o se esforzaron para mantener esas redes, mismas que fueron desapareciendo o pasando su apoyo al PAN.
Ahora todo parece indicar que López Obrador es quien goza de la confianza más nutrida entre los mexicanos que viven en Estados Unidos. Una nueva y novedosa encuesta de los latinos en Estados Unidos, hecha por la empresa Latino Decisions, preguntó a los encuestados de origen mexicano si se habían registrado para votar en México y, de ser así, por quién pensaban a votar.
Cuarenta por ciento de los que dicen que se registraron para votar desde el extranjero se declaran partidarios de López Obrador, frente a sólo 8 por ciento que apoyan a Ricardo Anaya, 7 por ciento de Margarita Zavala y 3 por ciento para José Antonio Meade. Una tercera parte de los entrevistados dicen no saber por quién votar, algo que quizás muestra la falta de contacto entre candidatos presidenciales y la diáspora mexicana.
López Obrador hizo cierta presencia en EU antes de que iniciara la campaña, haciendo contacto con líderes latinos y mexicanos, y su partido Morena tiene núcleos locales entre migrantes en algunas ciudades. Dista mucho de ser la operación política intencional que construyeron Cárdenas y Fox antes de que el voto en el exterior fuera permitido, pero indica que AMLO y Morena sí han hecho algunos esfuerzos para relacionarse con los connacionales que viven fuera del país, más de una décima parte de la población mexicana.
El apoyo tan fuerte a López Obrador, y la debilidad de los otros candidatos en las preferencias políticas de los migrantes, quizás se debe más a la desilusión que existe entre muchos mexicanos en el exterior frente a la gestión del gobiernos del PRI y del PAN en los últimos años, además de la ausencia de intentos por parte de los otros candidatos presidenciales para construir lazos con los mexicanos en el exterior.
David Ayón, investigador en Loyola Marymount, tuvo la idea de insertar las preguntas sobre la intención del voto en los comicios mexicanos, y participaron no sólo los socios de Latino Decisions, los académicos Matt Barreto y Gary Segura, sino también el director del Centro para Estudios de México y Estados Unidos de UCSD, Rafael Fernández de Castro, el profesor de UCLA Raúl Hinojosa, y el profesor de la Universidad de California, Santa Cruz, Adrián Félix. Auspiciarán un foro sobre los resultados en la Universidad de California, San Diego, el día 18 de mayo, justo antes del segundo debate presidencial, que tendrá lugar en la hermana ciudad de Tijuana el día 22, con la temática de las relaciones exteriores y la migración.
Si bien López Obrador parece ser el más favorecido por el voto en el exterior, es mucho menos claro si este voto tendrá mucho impacto en los resultados de los comicios del primero de julio. Fueron más de 700 mil los mexicanos que se registraron para su credencial desde el exterior, pero sólo un poco más de 180 mil pidieron su boleta para votar desde el extranjero, un trámite diferente. Sin duda, si vota la mayoría de los que pidieron boletas, el número de votantes en el exterior superará por mucho los 40 mil 714 que votaron desde el exterior en 2012 o los 32 mil 621 que lo hicieron en 2006. Sin embargo, sigue siendo un número pequeño frente a los millones de mexicanos que votarán en México el primero de julio. También sigue siendo un número muy reducido frente a los más de once millones de mexicanos que viven en el extranjero, de los cuales la mayoría son adultos y tienen derecho a votar si se registraran.
Por un lado, eso indica que sigue siendo complicado para los migrantes registrarse para votar en el extranjero, pero también refleja la realidad de que los mexicanos que viven fuera tienen otras preocupaciones que la política en su país de origen y que están muchas veces muy integrados en las comunidades donde viven ahora.
Parece poco probable que los votantes en el exterior serán decisivos en estos comicios presidenciales, y es muy posible que sus preferencias reflejarán las mismas de los otros votantes mexicanos, pero quizás con un margen aún mayor a favor del puntero en la carrera presidencial.
(Presidente del Instituto de Políticas Migratorias)