México, (EFE).- Los mexicanos, de los que alguna vez dijo el poeta Octavio Paz que se burlan y festejan la muerte, son los primeros latinoamericanos que tienen a su alcance la posibilidad de convertir las cenizas de sus seres queridos en un diamante.
La filial mexicana de la empresa suiza Algordanza, palabra que en lengua romanche significa "recuerdo", ofrecerá la posibilidad de transformar las cenizas de un ser querido en diamante, informaron fuentes de la compañía.
En rueda de prensa, el director general de Algordanza México, Rafael López Pérez, dijo que antes de arrancar con el proyecto realizaron un estudio de mercado que indicó la aceptación de los mexicanos para llevar a cabo esta peculiar idea.
"Existe la creencia de que los mexicanos nos burlamos de la muerte por los festejos tradicionales que llevamos a cabo el 2 de noviembre (Día de los Todos los Santos y los Difuntos), y cuando analizamos el mercado nos percatamos que, por lo menos, la gente con poder adquisitivo está dispuesta a solicitar nuestros servicios", aseguró.
La tecnología necesaria para este plan la desarrolló la compañía en Suiza hace año y medio y, aunque en principio los servicios sólo se iban a ofrecer en Suiza, ya se han extendido por quince países.
México es el primero de América en el que se da este servicio, antes incluso que en EU, por los valores y por la particular relación de la gente con la muerte, ante la que se combinan el dolor y la alegría.
Antes de la llegada de los españoles, en 1519, la mayoría de los habitantes veían en la muerte a una compañera y los aztecas hacían las llamadas Guerras Floridas para capturar enemigos para ofrecerlos en sacrificios a sus dioses, e incluso un sistema de justicia que castigaba con la muerte algunas infracciones menores.
López Pérez destacó que los especialistas en tanatología en el mundo han considerado esta alternativa como una forma sana y positiva de superar el dolor que provoca la pérdida de seres queridos.
"Este proyecto fue ideado por los suizos Veit Brimer y Rinaldo Willy y en poco tiempo ha sido aceptado en países como Alemania, España, Holanda, Francia, Tailandia, Corea del Sur y Japón. Vamos a ver cómo reaccionan los latinos, pero creemos que la respuesta será muy satisfactoria", dijo López.
El empresario explicó que la técnica para lograr el producto es a través de la obtención de diamantes sintéticos a partir del carbón.
En la peculiar aplicación ideada se utiliza como materia prima el carbono presente en las cenizas humanas que quedan tras ser incinerada la persona.
"El contenido de carbono de los humanos es muy pequeño, pero suficiente para fabricar un diamante. No se necesita más que el ocho por ciento del total de las cenizas de una persona para poder convertirlo en diamante", añadió el empresario.
A petición de los familiares los diamantes pueden tallarse y cortarse de distintas formas, incluso es posible grabarle una microscópica leyenda con láser.
López refirió que la cremación es una forma permitida por la religión católica para honrar la memoria de los difuntos por lo que "la Iglesia, hasta el momento, no ha expresado su descontento, además, la gente puede hacer lo que quiera con las cenizas de sus seres amados", enfatizó.
El costo para realizar estos diamantes será desde cuatro mil 900 dólares hasta 20 mil dólares, dependiendo del tamaño de la pieza.
"Lo más importante de esta idea es que se debe entender que es un acto de amor, una forma de quitarle la oscuridad o el dolor a la muerte", recalcó López Pérez.
"Tenemos muy claro que los mexicanos tienen un sentimiento muy distinto hacia la muerte, en comparación con los europeos, es más profundo en México. Pero nosotros apostamos a que la idea sea aceptada como una opción para mitigar el dolor", concluyó.