Lo ideal es ingerirlas crudas, frescas y maduras, para disfrutar al 100% todas sus propiedades.
Las fresas son pequeñas frutas de color rojo que, por su sabor dulce, se han utilizado desde hace siglos como un ingrediente base en la preparación de cientos de recetas. Su planta, conocida en términos científicos como fragaria ananassa, pertenece a la familia de las Rosaceae y, aunque se introdujo en Europa desde el siglo XVIII, es originaria de América.
Contienen un tipo de antioxidante que consigue disminuir el nivel de inflamación de los tejidos y, de paso, baja los niveles de colesterol y triglicéridos.
Por su alta composición de agua, alrededor del 92%, las fresas son uno de los alimentos con mayor poder hidratante para el organismo. Están recomendadas para los días de calor, no solo porque refrescan el cuerpo, sino porque ayudan a contrarrestar la pérdida de líquidos.
También contienen sustancias como la vitamina B1, que ayuda a combatir la irritabilidad y la tristeza. Esta sustancia es asimilada por el sistema nervioso y, tras estimularlo, aumenta la producción de las hormonas del bienestar.
Tienen fibra dietética que, combinada con el agua, ayuda a mejorar el movimiento intestinal para facilitar la expulsión de las heces. Estos compuestos lubrican los desechos y facilitan su paso a través del tubo digestivo.
CONSÚMELAS CON REGULARIDAD
Sin duda alguna, las fresas son un alimento muy saludable que nos pueden ayudar a mantener el bienestar del cuerpo. Lo ideal es ingerirlas crudas, frescas y maduras, para disfrutar al 100% todas sus propiedades. No obstante, por su sabor y versatilidad se integra muy bien tanto en platos dulces como salados, en salsas, vinagretas o aderezos.
- Vitamina C
- Rica en fibra
- Antiinflamatorio
- Contiene 92% de agua
- Antioxidante
- Baja en calorías
Fuente: https://mejorconsalud.as.com/