La travesía de Dune
Dune es una serie de novelas de ciencia ficción escritas por Frank Herbert. Se centra en un futuro lejano en el que la humanidad ha colonizado otros planetas y se enfrenta a conflictos políticos, religiosos y ecológicos. El primer libro, Dune (1965), es especialmente famoso y ha sido adaptado a la pantalla grande en varias ocasiones, incluyendo una película dirigida por David Lynch y la reciente adaptación dirigida por Denis Villeneuve, cuya segunda parte de una trilogía fue estrenada recientemente con gran éxito en taquilla, contando con un reparto de primer nivel encabezado por Timothée Chalamet y Zendaya.
LOS HIJOS DE DUNE
La obra original fue un éxito rotundo. El mismo año de su publicación ganó el Premio Nébula en su primera edición y, al año siguiente, el Premio Hugo a la Mejor Novela. En 2007 alcanzó ventas por más de 12 millones de unidades, convirtiéndola así en la novela de ciencia ficción más vendida hasta la fecha.
Es quizá la obra maestra más emblemática de este género (incluso más que Fundación, de Isaac Asimov) y ha sido el principal referente de algunas de las más grandes obras de sci-fi y fantasía de las últimas décadas. Su combinación de elementos como la política, la religión, la ecología y la psicología humana, ha inspirado a generaciones de escritores y cineastas. La saga de Dune ha dejado una marca duradera en la ciencia ficción, tanto en términos de narrativa como de temas explorados.
Ha tenido dos adaptaciones para la televisión a través de miniseries, un par de intentos de producción para cine fallidos, así como dos más que sí lograron llegar a la pantalla grande. La primera de ellas estuvo a cargo de David Lynch (Dune, de 1984), quien no quedó satisfecho con ella, a pesar de haber utilizado su guion y ser una importante referencia pop para posteriores obras de toda índole. En distintas ocasiones, ha expresado su desagrado respecto al largometraje y mencionado que es el único que se arrepiente haber realizado; en ocasiones, incluso, solicita que no se le hagan preguntas sobre él.
El mismo año que se estrenó esta película, Marvel lanzó un cómic que continuó con un par de tomos más al año siguiente, en el que los personajes tienen un aspecto hiperrealista, resultado del arte de Bill Sienkiewicz.
La saga de videojuegos Dune está basada en la misma historia y dejó una marca en el género de los juegos de estrategia. La primera entrega, creada por Virgin en 1990, integraba lo mejor de las aventuras gráficas de esa época. La segunda, Dune II (1992), es considerada la más exitosa de la franquicia.
Es innegable el legado de esta magna obra en tantas disciplinas, y esto se debe en gran parte a la magia de la literatura, ya que deja infinidad de elementos a la interpretación del lector. Es la misma razón por la que muchos de sus símbolos y temas son abordados desde distintas perspectivas por diferentes creadores.
La multifacética artista Grimes ha declarado en distintas ocasiones que su trabajo se ha visto fuertemente influenciado por la obra original y sus derivados. Su álbum debut, Geidi Primes (2010), toma el nombre de uno de los planetas ficticios de Dune, y varios de los títulos de las canciones se inspiraron en conceptos de la obra original. Con motivo del lanzamiento en cines de la segunda entrega de la trilogía dirigida por Deneuve, el día del estreno lanzó una reedición de dicho álbum, con una ambientación más oscura que su ópera prima.
DUNE, DE JODOROWSKY
Entre las adaptaciones cinematográficas de Dune que no se llevaron a cabo, pero que tuvieron su proceso de preproducción, hay una que destaca sobre todas las demás: la que sería llevada a cabo por Alejandro Jodorowsky a mediados de la década de los setenta.
Después de la filmación de El Topo (1970) y cerca de la fecha de estreno de La montaña sagrada (1975), Alejandro Jodorowsky se empeñó en este proyecto, su más ambicioso hasta la fecha: una película de casi diez horas de duración, con una producción que incluiría a algunos de los artistas más relevantes de las siguientes décadas. Hoy, a sus 95 años de edad, aún lo considera así. En palabras del realizador de origen chileno, buscaba provocar “un viaje de LSD” incluso para personas que nunca lo hubieran consumido. Sería toda una experiencia sensorial a la cual todo aquel que la viviera podría darle su propia interpretación de acuerdo a lo que hubiera en su interior.
En dicha travesía, cuenta, estuvo en busca de sus “guerreros espirituales”, pues no pensaba incluir en el proyecto a nadie que tuviera una inspiración artística meramente guiada por la técnica y la perfección de la misma, sino por algo más etéreo y, por ende, más sublime. El primero en sumarse fue el famoso artista visual Moebius, quien fue el encargado de llevar a cabo todas las ilustraciones del storyboard. Lo acompañó después un joven y aún desconocido HR Giger (Alien, Riddley Scott, 1979) en el arte conceptual, una obra impresa cuyo fin era solicitar financiamiento y distribución para el filme. De esta pieza existen menos de diez copias en físico, algunas de ellas extraviadas o cuyo paradero es desconocido. Uno de los ejemplares fue subastado en 2021 por 2.66 millones de euros.
Cabe destacar que de dicha obra, hay referencias calcadas en distintas producciones, tales como Flash Gordon (1995) o He-Man y los amos del universo (1983), y franquicias como Alien (1979), Indiana Jones (1981) y quizá la más prominente de todas, Star Wars (1977). Diseños de personajes, naves, indumentarias, planetas y técnicas de efectos especiales fueron más que una mera inspiración en dichos proyectos, los cuales utilizaron incluso escenas completas que venían en el storyboard original de Dune, entregado a los estudios de los que se buscaba apoyo para realizar la película de Alejandro.
Los llamados “guerreros espirituales” de Jodorowsky fueron recalando en distintas producciones de Hollywood, las cuales les abrieron las puertas a los grandes talentos aún desconocidos por aquel entonces y, en otros casos, terminaron de consolidarlos en la escena artística de la época.
Fue uno de los proyectos más ambiciosos de toda la historia del cine, que contaría con la participación de Magma y Pink Floyd para la banda sonora y actuaciones estelares de Mick Jagger, Dan O’Bannon e incluso Orson Wells; a pesar de ellos, destacaba Salvador Dalí como el emperador. Al ser de tan grande envergadura, fue sufriendo de varios retrasos y contratiempos, al grado que cinco años después, a pesar de todo el trabajo realizado y ante la negativa de algunas distribuidoras de que Jodorowsky fuera quien dirigiera la producción, fue finalmente cancelada.
Es considerada una joya perdida de la ciencia ficción, incluso catalogada por algunos especialistas en el género como “la mejor película de la historia jamás realizada”. Aunque al ser un proyecto tan grande, muchos dudan que hubiera podido realmente ser llevado a cabo como lo buscaba el polifacético director chileno.
El documental Jodorowsky's Dune (Frank Pavich, 2013) plasma toda esta travesía, e incluye entrevistas con los artistas y algunos otros participantes en el proyecto.
EL MESÍAS DE DUNE
En 2016 se rumoraba que Denis Villeneuve estaba en negociaciones con Lionsgate para dirigir una nueva adaptación de Dune. Después de los éxitos cosechados en el género con Blade Runner (2017) y La llegada (2016), el rumor se hizo realidad.
La película cuenta con algunos de los actores más taquilleros de los últimos años, tales como Javier Bardem, Jason Momoa, Josh Brolin, Dave Bautista, Austin Butler, Florence Pugh, entre otros rostros conocidos. El cast está liderado por la pareja (en pantalla) conformada por Zendaya y Timothée Chalamet, lo que ha significado que las primeras dos entregas hayan arrasado en taquilla.
A diferencia de David Lynch en 1984, el realizador canadiense contó con mayor presupuesto y libertad creativa para llevar a cabo su proyecto, lo que se ve reflejado en la calidad de la obra, de una belleza extraordinaria.
Sin duda es un proyecto que seguirá cautivando durante varias generaciones, dada la amplitud y significación de los temas que maneja.