Comunicarnos a través del lenguaje es algo que se da de forma muy natural, principalmente cuando lo hacemos en un ambiente amigable, relajado. En esas circunstancias, tendemos mucho a modificar de diferentes formas a las palabras. Por ejemplo, acortándolas.
Ya sabe usted que hay gente que es muy dada a respetar la ley… pero la ley del mínimo esfuerzo. Yo tengo un compadre que dice que cuando se muera, él no se irá al cielo… mejor que lo lleven. Lo que pasa es que mi compadre, hay que aceptarlo, es un flojonazo de categoría mundial y siempre busca formas -muy novedosas todas- para evitar hacer cualquier esfuerzo.
Bueno, pues los que, como mi compadre, se rigen por esta regla de ahorrar energía, son muy dados a recortar las palabras, y bueno, la verdad es que todos lo hacemos alguna que otra vez, no sólo para ahorrar letras sino para crear una plática más íntima y amigable.
Mi sobrina, que es joven, nunca quiere ver una película, pero ¿qué tal si le propongo ver una peli? Ahí sí se anima, porque para ella una "película" es algo aburrido, pero una peli sí es cool -o sea, algo padre- y hasta es capaz de dejar de estudiar para su examen de mate -de matemáticas- y abandonar su tarea de lite -de literatura-a medio terminar, con tal de ver la peli con sus respectivas palomitas de maíz con salsa picante… ¡qué deli!
Ella -mi sobrina- me platica de sus amigas, que se conocieron desde el cole, luego fueron a la prepa y ahora siguen juntas en la facu, porque juntas iban -cuando había clases presenciales- a la uni en el bus. "Mira tío -me dice- te enseño una foto con ellas en mi cumple pasado, en la fiesta que bailamos una coreo y hasta salió el profe".
Por supuesto que todas estas palabras están acortadas, porque completas deberían decir, respectivamente: colegio, preparatoria, facultad, universidad, autobús, fotografía, cumpleaños, coreografía y profesor. Pero pues… ¡total! En la conversación ni siquiera nos damos cuenta de que "mochamos" las palabras sin piedad.
Algunas personas me comentan, con genuina preocupación y ansiedad, que esta es una manera de "aniquilar" al idioma. Yo les digo: ¡Tranqui! Que al idioma no le pasa nada. No se preocupe, porfa, porque es algo muy común en el uso del lenguaje.
Eso sí, en situaciones que requieran una comunicación más formal, es nuestra obligación evitar siempre el "moche" de palabras, porque si no lo hacemos, terminaremos haciendo el ridi… o sea, el ridículo, pues.
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ME PREGUNTA Soraya Fuentes: ¿Existe el verbo mochar? Si es así, ¿es correcto el significado que le damos, de "cortar"?
LE RESPONDO: Sí existe el verbo "mochar" y significa "dar golpes con la mocha". La mocha es una forma coloquial de llamarle a la cabeza humana. Originalmente se usaba "desmochar" que significa "cortar la cabeza", pero con el tiempo se volvió común decir nada más "mochar" y luego, por extensión, "mochar" se refirió a cualquier forma de cortar.
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