A partir de la menarquia, las mujeres nos enfrentamos a una situación que debemos gestionar mes con mes: la menstruación. Un sangrado vaginal que aproximadamente nos llega cada 28 días y que dura entre 3 y 7 días en promedio, hasta que llega la menopausia (cuando estos ciclos dejan de ocurrir).
Gestionar la menstruación aun teniendo las mejores condiciones (baño limpio, agua potable, jabón, productos menstruales como toallas, tampones, copas, etc) sigue siendo un gran reto para las mujeres. Las molestias durante el ciclo, la inseguridad al sentir que nos hemos manchado la ropa, coordinar llegar a tiempo a un baño limpio para cambiarnos, y un sin fin de situaciones ligadas a ello. Ahora bien, a todo esto le sumamos un factor que puede empeorarlo todo como lo es la Epilepsia. El principal síntoma de esta condición son las convulsiones, que pueden provocar un ciclo menstrual irregular o interrupciones en el mismo debido a la alteración de los niveles hormonales en el cuerpo.
Aunado a esto, los medicamentos anticonvulsivos pueden interactuar con las píldoras anticonceptivas disminuyendo su eficacia. Por lo que las mujeres que padecen esta enfermedad, deberán prestar mayor atención a sus ciclos y al cuidado anticonceptivo, llevando un récord ya sea escrito en una agenda o en alguna aplicación digital, así como el uso de al menos un segundo método de anticoncepción como el preservativo.
Según la OMS, en el mundo, al rededor de 50 millones de personas padecen epilepsia, de las cuales aproximadamente la mitad son mujeres. Esto supone otra brecha de género en la que además de luchar por gestionar dignamente la menstruación, también entrarán a la batalla la gestión de la enfermedad (costear el medicamento, lidiar con discriminación, encontrar especialistas en epilepsia, información certera, etc) se deberá debatir también por los cambios que dicha enfermedad suponen al ciclo menstrual.
Por eso insistimos en que la menstruación debe dejar de ser un tema privado y convertirse en una discusión pública, ya que como se puede observar, se intersecciona con otros factores -como en este caso una condición médica en los que no necesariamente se esta tomando en cuenta. Todos los asuntos que conciernan a las mujeres deben de revisarse sin pasar por alto el ciclo menstrual.
En FEMMEX nos abocamos a luchar contra la pobreza menstrual, contra la falta de insumos, de instalaciones apropiadas y de información, particularmente en los grupos de personas menstruantes que viven una situación de vulnerabilidad. Y a luchar por estos derechos.
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