El bigote refleja una persona con autoridad, sensata y de buena moral.
Los bigotes actuales, si bien siguen representando poder, masculinidad, seguridad y confianza de sus dueños en sí mismos, se han acomodado a los tiempos, mucho menos turbulentos que en otras épocas.
Los de hoy, se dividen en tres categorías: mosqueteros, revolucionarios y cortos. Forman parte del vello en el rostro, "y no hay nada más varonil que tenerlo", asegura Omar Castillo, director general de Scissors Peluqueros, un establecimiento de postín en la colonia Cuauhtémoc al que asisten muchos hombres y mujeres de la vida pública (por citar una referencia, el propio Castillo fue el autor del estilo de corte y peinado de Marta Sahagún).
El estilista asegura que a quienes usan bigote se les identifica no sólo con el poder sino con una personalidad fuerte. "Aunque el bigote también aumenta la edad", advierte.
Mary Vázquez Guízar, directora general de Xpiral, consultora de marketing y comunicación (quien suele asesorar a políticos, como Jesús Ortega, y ha cambiado la imagen a algunos de ellos, como Ivonne Ortega Pacheco, la actual gobernadora de Yucatán, y José Erandi Bermúdez, presidente municipal de Pénjamo), dice: "Desde la antigua Grecia, la barba y el bigote representan poder y autoridad. Los hombres lucían vello facial porque con él se acercaban a la divinidad; todos los dioses griegos eran barbados. En el siglo XIX, los aristócratas, los magistrados y los encargados de impartir la ley y ejercer la autoridad tenían bigote y barba".
Agrega: "Las condiciones en que se halla no sólo el bigote sino el vello facial en su totalidad (cejas y barba incluidas) nos hablan de la pulcritud, hábitos y estatus de quien lo luce".
En el caso del bigote en particular, cuando está bien cuidado refleja a una persona con autoridad, sensata y de buena moral.
Hoy en día se usan los bigotes espesos, pero deben estar perfectamente recortados. Lo adecuado es que su amplitud sea la misma que la del labio superior, pero sin que lo cubra.
Para el sicólogo Horacio Guevara Cruz, profesor e investigador del Grupo Emergente de Investigación Oaxaca, con un posgrado en la Universidad de Salamanca, España, "el bigote tiene que ver en una primera instancia con el contexto histórico, porque en cierto momento se le atribuyó virilidad. También es una característica de madurez, del pasar de niño a hombre y, finalmente, es un elemento de seducción".
Los bigotes de nuestros días se dividen en tres modalidades:
Mosquetero
Debe ser delgado, para lo cual se rasura el vello bajo la nariz de modo que crezca sólo un poco arriba del labio superior. Es como el que usaba Pedro Infante.
Este tipo de bigote tiene su origen en Francia. Según la apariencia y personalidad de quien lo lleva, confiere un gesto adusto y también un toque aristocrático y de autoridad.
Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada del PRI en el senado, y el perredista y Carlos Navarrete, lo usan en este estilo.
Revolucionario
Es amplio, grueso y sobrepasa las comisuras de los labios. Es un buen camuflaje para los hombres de boca chica. Es muy abundando y con volumen.
Algunos de los políticos que prefieren este estilo son Manuel Espino (dirigente nacional del PAN), Emilio Gamboa Patrón y Enrique Jackson, el perredista Javier González Garza y los ex presidentes Vicente Fox Quesada y Carlos Salinas de Gortari.
Corto
Es más angosto que las comisuras de los labios y con él se corre el riesgo de que parezca más chica la boca. Tiene que afeitarse a diario, para que no pierda la forma.
Los usan Rodolfo Elizondo, titular de la Secretaría de Turismo, y Jesús Ortega, senador del PRD.
Barba de media sombra
Es aquella que no se toca en varios días, pero está perfectamente recortada para que la longitud del vello sea igual en todas las áreas y con los contornos muy bien perfilados. Con práctica, es muy fácil retocarla en casa con las máquina de afeitar.
Este tipo de barba y bigote requiere de muchos cuidados: lavar, peinar, emparejar. Quienes la llevan bien son personas meticulosas y aseadas.
En este caso se hallan Santiago Creel, coordinador de la bancada del PAN en el senado, Héctor Larios Córdova, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, y el diputado Jorge Emilio González, del Partido Verde Ecologista.
El maquillaje masculino
Para determinar cuál tipo de bigote y barba son idóneos para cada hombre, se debe considerar el diámetro del rostro, el grosor de los labios y el tamaño de la boca y de las mejillas. Además, claro, de la personalidad.
Sólo a los hombres de labios muy pronunciados, para disimularlos, se les permite que el bigote tape un milímetro el labio superior. En todos los demás casos, el vello debe recortarse por encima de éste.
¿Te has fijado cómo se ve un hombre de bigote largo cuando come? ¡Es horrible, porque el vello se llena de comida!", señala Omar Castillo.
La barba y el bigote ayudan a disimular ciertos defectos como alguna cicatriz, mejillas prominentes e incluso papada, y como forman una especie de sombra, afilan el rostro.
Vienen a ser el maquillaje masculino. Cubren las imperfecciones.
La barba llamada "de candado es muy útil porque define las facciones, enmarca la sonrisa y revela seriedad y experiencia