Redes de tratantes de blancas podrían operar desde el interior de las discotecas en la ciudad de Durango, según la investigación de El Siglo de Durango derivada de la denuncia que hicieron en ese sentido padres de familia de varias menores de edad.
El Siglo de Durango
En Durango los bares y las discotecas han dejado de ser simples centros de entretenimiento para el sector juvenil. Han dejado de ser sitios de diversión nocturna en donde la convivencia es relativamente sana y tolerable.
Hoy los riesgos son mucho mayores para los jóvenes en los antros de la capital, en especial para las mujeres a las que se nota que son menores de edad, sobre todo las que pudieran tener más necesidades económicas.
Y es que en la ciudad de un tiempo a la fecha han empezado a surgir más y más casos de jovencitas que repentinamente desaparecen, o que de pronto sufren un cambio radical en sus vidas después de acudir una noche al antro.
Mientras tanto, en algunos centros de entretenimiento nocturno, así como en corporaciones policiacas y en lugares públicos son cada vez más notorias las fotografías y medios perfiles de menores reportadas como desaparecidas.
REALIDAD
El problema es que las jóvenes ya no sólo corren el peligro de consumir alcohol adulterado o de acceder con facilidad a las drogas, incluso tratándose de personas con evidente menoría de edad como para entrar a los bares.
El riesgo es que cada vez son más comunes los casos de muchachitas que al interior de las discotecas son convencidas o engañadas para dejar sus hogares e irse fuera de Durango y dedicarse al comercio sexual de su cuerpo.
El Siglo de Durango tuvo acceso a los casos de cinco jovencitas que entre el sábado 13 de octubre y el martes 16 del presente mes estuvieron a punto de ser llevadas con engaños a otra parte del país. La mayoría, menores de edad.
Este diario pudo entrevistar a dos de las menores que el pasado martes 16 de octubre pudieron haber sido llevadas fuera de Durango a no ser porque rompieron el “pacto” y contaron todo lo ocurrido a sus padres antes de tiempo.
Se trata de dos jovencitas que estudian y trabajan; hijas de personas que hacen la lucha diariamente para sacar adelante a sus familias. Dos casos que se salvaron de algo peor pues denunciaron los hechos a sus padres y a las autoridades.
Son menores de edad, una de 16 y otra de 17 años, por lo cual se omiten sus nombres reales, a quienes a efecto de ubicarlas en la narración nos referiremos como Karla y Rocío, respectivamente.
Desde el pasado lunes en la noche su caso se encuentra en etapa de investigación en la Dirección de Averiguaciones Previas (DAP) de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Durango (PGJED).
Pero, el o los posibles victimarios seguramente quedarán libres en cualquier momento por falta de pruebas, a pesar de que fueron capturados al momento de que querían llevarse a cinco jovencitas.
La autoridad asegura que no puede encarcelarlos por falta de pruebas más contundentes o de flagrancia en la comisión de algún delito grave, como pudiera ser el rapto, la trata de blancas o la privación ilegal de la libertad.
PRIMER CONTACTO
Karla narra que la noche del sábado 13 de octubre decidió acudir junto a una prima y dos amigas a la discoteca denominada Harry Oh!, ubicada en el bulevar Felipe Pescador, al nororiente de la ciudad capital.
Pese a que su acceso debería estar prohibido, pues las cuatro jovencitas aún no cumplen los 18 de edad, el hecho es que, como otras veces, las cuatro amigas pudieron “burlar” al personal de acceso del establecimiento.
“Estábamos dentro y de pronto fuimos al baño, fuimos las cuatro, bueno, sólo que una de mis amigas se fue a bailar otra vez. Adentro se nos acercó una muchacha, al parecer andaba con dos chavos más. No nos fijamos bien”, explica Karla.
Rocío, por su parte, agrega: “En el baño me dijo que si yo podía viajar, que porque andaban buscando edecanes, jóvenes sin experiencia, y que el pago podría llegar a ser de 50 mil a 70 mil pesos por dos días únicamente”.
La referida mujer, que posteriormente se identificó como Marisol Jatziri, les dijo que el martes 16 de octubre habría un evento con Vicente Fernández en Puerto Vallarta, y que quería contratarlas con urgencia para este acto.
Les dijo que saldrían de la ciudad de Durango el mismo martes por la mañana, pero que antes las tendría que ver personalmente su “patrón”, a quien debían convencer para que accediera a “contratarlas”.
“Pero a mí se me hizo muy extraño que ella me preguntó que si yo era virgen, y me dijo que de cualquier forma a su patrón le dijera yo que sí era virgen para que me pagaran mejor, pues él me lo preguntaría en algún momento”, detalla Rocío.
La mujer que los abordó les prometió que antes de irse o en cuanto llegaran al lugar del evento tendrían un primer anticipo por cinco mil pesos para que se compraran ropa, se pintaran el pelo, se arreglaran y maquillaran.
SIN AVISAR
La oferta reforzaba el planteamiento de que aceptaran irse a hacer ese “trabajo” como supuestas edecanes, para convencerlas de que inclusive se fueran en cualquier momento, sin alistar maletas ni avisar a sus padres.
Karla precisa: “Nos insistió mucho a las tres, porque entre nosotras estaba una de mis primas, y en realidad no le dimos mucha importancia. Se nos hacía muchísimo dinero. Pero nos pidió nuestros números de teléfono, se los dimos”.
La noche del sábado transcurrió y a las muchachas se les había olvidado el incidente ocurrido en el sanitario de mujeres en el Harry Oh! Aunque Rocío no quiso quedarse con el comentario y le contó algo a su madre.
Ambas, Karla y Rocío, trabajaban en el mismo establecimiento comercial, así que el lunes se volvieron a ver y recibieron la llamada de la sospechosa mujer que las quería contratar como edecanes por sueldos estratosféricos.
“Como a las siete de la tarde habló y dijo: ‘Ya sé dónde trabajan. Voy a ir en unos 15 minutos y les voy a presentar a mi jefe, pero no nos vamos a bajar nosotros, más bien ustedes salen y se asoman. ¿Sale?’. Lo cual nos pareció raro”.
Y en ese lapso llegó a las afueras de su trabajo una camioneta Chevrolet gris, de reciente modelo, doble cabina y vidrios totalmente polarizados, la que era conducida por el “patrón” de la mujer que hizo el contacto con las menores.
Se trata de un sujeto de alrededor de 40 años, al que ellas identificaban como “Saúl” o “Sebastián”, pues así se refería a él la muchacha que las contactó.
Pero al parecer su nombre real es Luis Ramiro Espino y tiene alrededor de 40 años de edad, según confirma la Procuraduría de Justicia, donde se le ha fichado y se le ha “boletinado” para detectar posibles anomalías en otras partes del país.
Karla expone: “Fue Rocío la que volteó cuando llegaron al trabajo, donde estuvieron esperando y llamaban para que saliéramos, pero teníamos que cumplir un horario y la verdad nos daba algo de miedo salir e ir con él”.
La camioneta gris se fue del lugar y estuvo dando vueltas dos o tres veces hasta que a las ocho de la noche, hora de salida de las jovencitas, se paró frente al comercio y volvió de nuevo la presión de la mujer encargada de “convencerlas”.
INSISTENCIA
Fue Karla la que salió primero del trabajo, pero no hizo caso a los llamados y se fue derecho a su casa. Rocío salió después y la convenció la muchacha de que fuera a conocer a su “patrón”, quien no se bajaba de la camioneta.
“Me acerqué” –recuerda Rocío- “porque ya no hallé cómo hacerme a un lado. Y me dijo: ‘¿Ya le platicaron del trabajo y del pago?... entonces salimos el martes’. Luego me volteé y escuché que él le dijo a la muchacha: ‘Sí, sí está buena, está bien, ésta... ahora convenzan a la otra”.
El mismo sujeto le encargó a su “ayudante” y a la joven Rocío que convencieran a la amiga de ésta, a Karla. Los telefonazos siguieron todavía ese lunes y continuaron el martes.
En las llamadas y en algunos mensajes por celular, emitidos desde el número 618-152-35-16, la mujer que hizo el contacto les dio consejos de que las personas que las esperaban estaban dispuestas a darles lo que ellas quisieran, así que les sugirió exigir mucho.
Sin embargo, con tanta insistencia y ante el llamado tajante de que saldrían el martes por la mañana, supuestamente a Puerto Vallarta, Rocío decidió explicarle todo a su madre, quien optó por presentar denuncia penal, la cual fue turnada a la Mesa 15 de la DAP.
La señora, quien también es empleada de un negocio, decidió actuar con urgencia al ver que tenía que hacer algo pues estas personas ya habían llegado al punto de insistir tanto en el trabajo de las jovencitas, como por celular.
“Me platicaron que las estarían esperando el mismo martes por la mañana frente al Harry Oh!, así que dejé mi trabajo y me fui preocupada ante el riesgo de que las llevaran a la fuerza incluso”, agrega la madre de Rocío.
OPERATIVO
Sin embargo, ante el temor, Karla le comentó a un familiar suyo que es agente de la Dirección Estatal de Investigación (DEI), a fin de que las cuidara porque tenían miedo de que verdaderamente las fueran a raptar.
Así que se organizó rápidamente un operativo solicitado por el agente policiaco a sus compañeros de la DEI, con el propósito de detener a la pareja que tenía ya tres días hostigando a estas menores para llevárselas fuera.
Acordaron que la presencia policiaca estaría cerca en espera de que llegara la camioneta Chevrolet gris, doble cabina, lo cual ocurrió 40 minutos después de la cita pactada con las menores.
“Llegó la camioneta y se bajó de ella la muchacha que nos abordó en el baño del Harry Oh!, y nos dijo: ‘Súbanse, pues; vámonos’. Adentro iban otras tres chavitas, entre ellas una de 15 años, al parecer con el uniforme de la escuela puesto”, detalla Karla.
Como parte de plan, decidieron hacer tiempo para que llegaran las patrullas, y al arribar el sujeto de la camioneta gris intentó darse a la fuga a pie, pero fue alcanzado al tropezar mientras cruzaba la avenida.
Ya en la Procuraduría de Justicia, con el sujeto y la muchacha detenidos, las menores que evitaron el aparente rapto o secuestro se dieron cuenta de que las otras muchachas llevaban libros de escuela y al parecer eran originarias del poblado Santa Lucía, Canatlán.
Empero, las autoridades de la DEI informaron a los familiares de Karla y Rocío que el sujeto de la camioneta gris está “limpio”, que si acaso tiene un antecedente por un problema similar ocurrido en Cuernavaca, Morelos, pero nada de gravedad.
Así que, a decir de la corporación, no hay elementos para que la pareja sea encarcelada, pues en cualquier momento quedaría libre, les advirtieron en la DEI la misma tarde del martes 16 de octubre.
El hecho es que en Durango los bares y las discotecas han dejado de ser simples centros de entretenimiento para el sector juvenil.
Y es que en la ciudad de un tiempo a la fecha han empezado a surgir más y más casos de jovencitas que repentinamente desaparecen, o que de pronto sufren un cambio radical en sus vidas después de acudir una noche al antro.