Para el economista, Ignacio Llamas, el subempleo es el mayor problema que enfrenta el país.
TORREÓN, COAH.- Para el economista Ignacio Llamas Huitrón, el problema de México no es el desempleo, sino el subempleo. En el mes de octubre, el INEGI reportó una Tasa de Desempleo Abierta (TDA) de 3.93 por ciento, en tanto la tasa subocupada fue de 7 por ciento de la Población Económicamente Activa o del 7.3 por ciento de la población ocupada en México.
De acuerdo al Instituto, la tasa subocupada es definida como aquellas personas que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas.
En su reciente visita a esta ciudad para dar una conferencia sobre la Educación, Pobreza y Desarrollo a socios del Colegio de Economistas de Coahuila, el profesor investigador de tiempo completo de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, aseguró que hoy en día miles de personas que se prepararon y cuentan con una carrera profesional no encuentran un puesto de trabajo, acorde a sus estudios, por lo que debe ocuparse dentro del mercado laboral a ejercer otro tipo de actividades no propias de su profesión.
En su exposición el economista fue muy claro en señalar que la educación por sí misma no puede generar las fuentes de empleo que demanda el mercado laboral año con año, por lo que los mayores niveles de estudio deberían de generar una mejor remuneración económica a la persona, sin embargo, ante un sistema económico deficiente como el mexicano, la oferta laboral no sólo es escasa, sino de bajos ingresos.
Entrevistado al término de su conferencia, Llamas declaró que generalmente el gasto en educación es visto como una inversión dentro de la sociedad, sin embargo, desde el punto de vista económico, los gastos que se aplican al sistema educativo no reditúa lo que requiere el sistema económico del país. Explicó que esto salta a la vista en virtud que un gran número de profesionistas no logra ejercer y debe buscar otras alternativas de ingreso.
Sin criticar el papel que realiza el Gobierno sobre los recursos y orientación que realiza sobre el sistema educativo en México, el economista dijo que lo importante es cuestionarse qué es lo que está fallando, cuáles son los puntos críticos?
En su presentación, mostró que no existe una correlación directa entre el sistema económico y educativo en México, ya que el segundo no sólo debe responder a las exigencias del sector productivo, sino al sistema político y al sindicato de maestros.
Por ello, aseguró que el sistema educativo pese a sus grandes deficiencias ha logrado funcionar adecuadamente a los requerimientos globales de un modelo de desarrollo que es ineficiente, que genera un bajo nivel de empleos y de productos. “Son tal para cual” y agregó que el sistema económico en el país es ineficiente por lo cual se tiene un sistema educativo deficiente, siendo por ello funcionales en ese sentido, subrayó.
Lo que hay que hacer
El economista mencionó que el Gobierno primero debe trabajar en hacer un buen diseño del sistema público de educación y atender los requerimientos de calidad que exige no sólo las empresas mexicanas, sino la globalización mundial.
Un segundo punto que señaló es que el sistema de educación debe completar el circuito de formación de recursos de alto nivel y dar empleo a esa mano de obra calificada que se está preparando en las aulas de las escuelas.
Llamas enfatizó que “dichas acciones el Estado (Gobierno) las ha desatendido” y ha provocado la emigración de especialistas al no encontrar en el país oportunidades de empleo adecuadas. Lo ideal para él es “cerrar la pinza y generar condiciones de empleabilidad en los sectores en donde se puede contribuir a la creación de bienes y servicios de alto valor agregado. Dijo que el Gobierno debe lograr que esta mano de obra especializada se quede en México.
Para él es claro que los programas que promueven para generar el autoempleo “es un techo bajo”, es decir una salida que se le está dando a los problemas de pobreza y de empleo en el mercado nacional, pero que no detonan la creación del conocimiento y de tecnología.
La propuesta que hace es comenzar a trabajar en rediseñar un sistema educativo hacia este sentido, es decir a personas con capacidad de generar conocimiento y tecnología avanzada, o a que sea el propio sistema económico el primero en generar esas fuentes de empleo que demanda el sistema educativo. Sin embargo, consideró que el que debe arrancar primero es el segundo, el económico, detonando mayores tasas de crecimiento y oportunidades de empleos mejor pagados.
Cuestionado sobre lo que declara continuamente el Gobierno Federal sobre los avances que logra el país en los mercados internacionales, sobre la competitividad, Llamas dijo claramente que “el Gobierno declara todo lo que quiera, sin embargo, México es un país de palabras desafortunadamente”.
Sin ser pesimista, subrayó que en los hechos, el país ha quedado rezagado y necesita de hechos adecuados para reorientar el modelo de crecimiento y de desarrollo, el cual ayude a combatir la pobreza en una forma sustentable.
Las proyecciones para los mexicanos en el mediano o corto plazo no son nada halagüeñas sino se realizan cambios de fondo, ya que la pérdida de competitividad irá retrocediendo sin que exista una fórmula mágica para hacer cambios drásticos que conviertan a la economía mexicana en una nación altamente competitiva.
