México, DF.- Las autoridades mexicanas no quitan el dedo del renglón para recapturar a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien hace siete años se fugó del penal de Puente Grande, Jalisco, cuando cumplía una condena de 20 años por ilícitos contra la salud, cohecho y asociación delictuosa.
Los trabajos de Inteligencia para detener a este capo se apoyan en declaraciones ministeriales de integrantes del Cártel de Sinaloa detenidos y en informes de testigos protegidos en Estados Unidos.
Guzmán Loera también tiene cuentas pendientes con las autoridades estadunidenses por cargos de conspiración para importar cocaína y el Departamento Estadunidense Antidrogas (DEA) ofrece cinco millones de dólares por su captura.
Datos de la Procuraduría General de la República (PGR) indican que Joaquín Guzmán Loera nació el 4 de abril de 1957 en La Tuna Badiraguato, Sinaloa, y su carrera delictiva inició en los años 80, cuando fue socio del también narcotraficante Miguel Angel Félix Gallardo, de quien se separó para formar su propia organización.
“El Chapo” fue detenido por primera vez el 9 de junio de 1993, en la frontera entre Guatemala y México, y encarcelado en el penal de máxima seguridad de “La Palma” ahora “El Altiplano”, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México.
El 22 de noviembre de 1995 lo trasladaron al penal de Puente Grande, Jalisco, de donde se fugó el 19 de enero de 2001 y pese a que en varias ocasiones las autoridades han estado a punto de recapturarlo ha logrado evadir la acción de la justicia.
Al líder del Cártel de Sinaloa se le atribuye su participación en la balacera de la discoteca “Christine”, en el homicidio del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y en la ejecución de Rodolfo Carrillo Fuentes, entre otras cosas.
Reportes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) señalan que antes y después de escapar del penal de Puente Grande, Guzmán Loera fue apoyado por Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza, alias “El Azul”.
En 2006 las autoridades encargadas de combatir el narcotráfico descubrieron una red de protección policiaca ligada a “El Chapo”, en la que estaban involucrados efectivos federales, estatales y municipales, lo cual en ese tiempo dificultó su detención.