Un nuevo mundo
Miguel Mejía Barón, ex técnico de la Selección de México que participó en el Campeonato Mundial de Futbol de Estados Unidos 1994, estuvo la semana anterior en la Comarca, desempeñando ahora el cargo de director de futbol del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Puebla.
El ex jugador de Pumas durante 13 años, en una época en que el representativo de la Universidad Nacional Autónoma de México jugó por varios años con puros futbolistas mexicanos, línea que rompió en la temporada 1972-1973 para retomar la contratación de jugadores extranjeros.
Con la caballerosidad que le caracteriza, accedió a platicar con el autor de esta columna, quien le recordó el gol que anotó en un remate de cabeza en la portería norte del desaparecido estadio de San Isidro, al cobro de un tiro de esquina en el segundo tiempo.
Esa anotación de Mejía Barón le dio el empate a uno a Pumas frente al desaparecido equipo Laguna en la primera vuelta de la temporada 1975-1976, cuando la Ola Verde era dirigida por José Antonio Roca. Fue precisamente en ese encuentro cuando José Antonio Rodríguez falló un penalty en la portería sur del Estadio de la Herradura, que marcó el inicio de una racha de ocho penaltys fallados en forma consecutiva en ese torneo.
La maléfica racha la rompió José “Caica” Zamora, quien hasta el noveno penalty acertó, en esa racha fallaron José Antonio Rodríguez en tres ocasiones, en una Alejandro Onis, Carlos Eloir Pierucci, Agustín Loza, Hugo del Carril y José Cedano, que le impidieron al Laguna calificar a la liguilla.
Miguel Mejía Barón recordó con gusto esa anotación, ya que fue una de las pocas que consiguió en su carrera profesional, siempre con la camiseta universitaria.
Se retiró como jugador activo al término de la temporada 1975-1976, y enseguida se convirtió en secretario técnico del entonces entrenador Jorge Marik, quien llevó a los Pumas en el torneo 1976-1977 a la conquista de su primer título, después de 15 años de estancia en Primera División Nacional. Al lado del húngaro Jorge Marik inició Miguel Mejía Barón su carrera de entrenador, la cual vivió uno de sus mejores momentos cuando llevó a los Pumas al campeonato en la temporada 1989-1990.
Posteriormente dirigió a Rayados de Monterrey, a los cuales llevó a la conquista de un torneo de Copa en 1992, al año siguiente fue llamado para dirigir la Selección Nacional, en sustitución del técnico argentino César Luis Menotti, con miras a la segunda etapa de la eliminatoria mundialista de Estados Unidos 1994.
Tomó las riendas de la Selección Nacional en una época difícil, en que la calificación de México estaba en duda por los fracasos tenidos en los llamados premundiales de Haití en 1973, de Honduras en 1981 y el escándalo de los “cachirules” rumbo al Mundial de Italia 1990. Con gran entrega y carácter Miguel Mejía Barón consiguió que en 1993 México calificara al Mundial de Estados Unidos 1993 en una eliminatoria muy peleada, al término de la cual nuestro país regresó a una Copa del Mundo después de ocho años de ausencia.
Ese año de 1993 México asistió por primera vez a la Copa América, celebrada en Ecuador, en donde al mando de Miguel Mejía Barón deslumbró a propios y extraños jugando un buen futbol, que lo llevó a disputar la final contra Argentina, habiendo quedado subcampeón por méritos propios.
El año de 1993 fue de gran éxito para Miguel Mejía Barón, quien logró que la Selección Nacional levantara expectativas rumbo al Mundial de Estados Unidos 1994, en el cual México calificó por primera vez a octavos de final en una Copa del Mundo fuera de nuestro país, además de que el Tricolor quedó de líder en su grupo en la primera ronda eliminatoria.
Si bien es cierto que nuestra Selección había calificado a octavos de final en el Mundial de México 1970 y en el de México 1986, nunca lo había hecho en el extranjero, hasta el Mundial de Estados Unidos 1994, al mando de Mejía Barón.
Retirado desde hace cinco años del futbol profesional, ahora vive una nueva experiencia en su brillante carrera profesional, como director de futbol del ITESM Campus Puebla, reto que comparte con un grupo de directivos jóvenes, quienes han asumido el compromiso de proyectar a esta casa de estudios en el estado de Puebla con seriedad y responsabilidad. A sus 63 años de edad, Mejía Barón vive a plenitud esta nueva etapa de su vida, pues a diario tiene balón, cancha y jugador, que al final de cuentas es igual a estar en cualquier club o en cualquier categoría.
Confesó que está muy a gusto en el ambiente estudiantil y le gusta más, y no es que esté amargado o desilusionado del sector profesional, al contrario, está muy agradecido con quienes le dieron la oportunidad de dirigir varios equipos de Primera División y ser técnico nacional, pero en este momento se siente mejor en su nuevo mundo.
¡Hasta el próximo miércoles!
