Congresistas de México y Estados Unidos coincidieron en el rechazo al condicionamiento de la Iniciativa Mérida durante la inauguración de la 47 Reunión Interparlamentaria entre ambos países. (El Universal)
Legisladores estadounidenses aceptan que las condicionantes de la iniciativa fueron desafortunadas.
La presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta (PRD), se pronunció por crear una “nueva” Iniciativa Mérida sin condicionamientos, que considere el aspecto binacional del problema e incluya un análisis más profundo del consumo de droga en Estados Unidos.
Al inaugurar la 47 reunión interparlamentaria México-Estados Unidos que este domingo termina precisamente con el análisis de la Iniciativa Mérida, el senador demócrata Christopher Dodd coincidió en que el también llamado Plan Mérida puede “implementarse mejor” y aceptó a su vez que su país se ha convertido en un mercado “enorme” de las drogas ilegales, del que además los cárteles obtienen armas.
El representante demócrata Ed Pastor aceptó que ambas naciones están bajo el asedio de los cárteles, y pidió esperar a ver quién será el próximo presidente de Estados Unidos, pues sin duda, dijo, las cosas van a cambiar.
El coordinador del Partido Acción Nacional en el Senado mexicano, Santiago Creel, reconoció que es “inaceptable” cualquier condicionamiento pues sería un “retroceso” en la relación bilateral, y se pronunció por una relación de cooperación recíproca; dijo que México “no solicita ni está de acuerdo con la ayuda asistencialista”.
Los legisladores expresaron sus posiciones en el hotel Quinta Real donde se montó un fuerte dispositivo de seguridad.
En un crítico discurso inaugural, Zavaleta rechazó el plan tal y como está, al igual que otros miembros de la delegación mexicana como Santiago Creel.
“Si verdaderamente se quiere combatir el narcotráfico debe de construirse una nueva iniciativa que considere el aspecto binacional del problema y que incluya un análisis más profundo de los patrones de consumo de los Estados Unidos”.
Manifestó su desacuerdo por la forma en que se pretende condicionar la ayuda que además contribuirá a la seguridad de Estados Unidos.
Zavaleta les recordó que allá no son respetados los mexicanos. En presencia de los embajadores de México, Arturo Sarukhán, y de Estados Unidos, Antonio O. Garza, así como del gobernador de Nuevo León, José Natividad González Parás, dijo que la cooperación debe partir del respeto a la soberanía de cada nación.
Recordó que todos los días los mexicanos se enfrentan a la discriminación y abuso policiaco “cuando intentan cruzar legal o ilegalmente a territorio estadunidense, buscando mejores oportunidades en su vida”, por lo que asentó que los derechos humanos deben respetarse en ambos lados de la frontera.
Pidió no ver a los mexicanos como un peligro pues el verdadero riesgo para ese país es la agresión y la xenofobia.
Zavaleta dijo que se debe dejar de lado cualquier intención de intervenir en un asunto que sólo compete a los mexicanos.
El senador Dodd aceptó que fue “desafortunado” que se haya integrado la propuesta sin consultar a ambos congresos. “Ni México ni los Estados Unidos están, o debieran de estar, ante la situación de emitir cheques en blanco”.
Reconoció el trabajo de policías como el de Édgar Millán, muerto por el crimen organizado, y de todos los caídos en la lucha contra el narco.
Zavaleta coincidió en reconocer trayectorias como la de Édgar Millán, al igual que Creel, pero amplió el mensaje “a todos los que han muerto como él, y por los que no queremos que sigan muriendo”.
Dodd dijo que su país está comprometido a trabajar en conjunto para terminar con ese ambiente de ejecuciones.
El gobernador Natividad González Parás dijo que el condicionamiento no viene del Gobierno sino de sólo una corriente del Congreso de ese país, y dijo que la reunión permitirá cambiarlo.
En entrevista, destacó que en el orden de las prioridades de ese país se incluya “el tema del combate al crimen organizado como un grave mal común para ambos”.
Sin importancia para EU reforma migratoria
La delegación mexicana de legisladores recibió de nueva cuenta un cerrojazo a una posible reforma migratoria con Estados Unidos, pues las estimaciones más radicales consideran en ese país que un acuerdo de esa dimensión podrá concretarse en serio hasta 2010.
El anuncio se dio en la reunión privada que mantuvieron ambas delegaciones en la primera mesa de la 47 reunión interparlamentaria, de donde sólo se logró un acuerdo –a petición de los representantes mexicanos- para crear un grupo especial binacional de trabajo entre legisladores para abordar el tema migratorio y no dejarlo morir.
Más tarde, en conferencia de prensa, Edmundo Ramírez, diputado del PRI, confirmó que la propuesta está en el aire, y no hay definidos ni alcances, ni número de integrantes, pero es un hecho que el grupo será creado.
Acompañado del diputado del PAN, Antonio Valladolid, y de los representantes republicanos Jerry Weller, de Illinois y Brian Bilbray; así como de Raúl Grijalva, demócrata de Arizona, y Zoe Lofgren, demócrata de California, Ramírez dijo que cada congreso analizará detalles de la integración, pero no hay fecha aún para ello.
En conferencia de prensa, los congresistas como Bilbray reconocieron que hay que esperar a que termine el proceso electoral de ese país, en enero del próximo año, para abordar el tema, pues hoy no es prioridad.
Grijalva dijo que si gana Barack Obama, el acuerdo migratorio iniciará en 2009, una vez que terminen las elecciones. Pero los más radicales en la delegación estadounidense les reconocieron a los mexicanos que será hasta 2010 cuando esto pueda cristalizar.