Rubén “Cloroformo” Padilla y el nicaragüense Wilmer González en la ceremonia de pesaje.
Sabe que las grandes oportunidades llegan sólo una vez en la vida, por lo que el púgil gomezpalatino Rubén “Cloroformo” Padilla no quiere desaprovechar esta noche, cuando tenga enfrente al nicaragüense Wilmer González.
“Tengo el gran sueño de ser campeón de Norteamérica, hay gente de Estados Unidos que verá la pelea, mi rival es duro, tiene experiencia y voy a tener que trabajar a fondo desde el primer round si quiero el nocaut, y con inteligencia si quiero ganar por puntos”.
El lagunero se mostró contento por la función en la que estará formando parte del respaldo de peleas de campeonato mundial, además de estar motivado para salir con todo desde la campanada inicial a tratar de conectar sus golpes.
“Mi rival es fuerte, de buen tamaño y más alto que yo, pero igual me he enfrentado en mi carrera a todo tipo de boxeadores, sé que pega bien, espero que sea una de las mejores peleas de la noche, pero además de ganar, que sea por nocaut, mi especialidad”.
El “Cloro” que durante las últimas semanas no tuvo problemas de peso, quiere hacer lo que más le gusta, boxear y fajarse arriba del ring para de esta manera convencer a propios y extraños de que está listo para su internacionalización.
A Padilla López lo acompañan desde el pasado jueves, en la Sultana del Norte, sus padres, quienes están al pendiente en todo momento de sus movimientos, incluso al término del pesaje lo ayudaron en cuanto al aspecto de la hidratación.
El año pasado en Cancún, en la pelea de reivindicación ante el capitalino Óscar Ávila, sus progenitores también lo acompañaron para alentarlo, por lo que el aspecto motivacional del campeón nacional de peso medio está por las nubes.
Comen cabrito
Tanto el “Cloroformo” como el campeón mundial Cristian Mijares y sus respectivos equipos de trabajo, al aprobar satisfactoriamente la romana en la tradicional ceremonia de pesaje, se dieron vuelo comiendo en el Rey del Cabrito.
Incluso el “Diamante” visitó la cocina, donde preparó y partió algunos cabritos, en la visita obligada de todas las personas que llegan a la Sultana del Norte. Los púgiles saborearon paleta y pierna, para rematar con un suculento postre de glorias y flan.
Posteriormente se dirigieron al hotel, frente al Parque Fundidora, donde se dedicaron a descansar en sus respectivas habitaciones, ante la lluvia que azotó la tarde y noche de ayer en la capital regiomontana.
