El presidente Felipe Calderón Hinojosa encabezó una guardia de honor en el monumento a Francisco I. Madero en la residencia oficial de Los Pinos, con motivo del 98 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. (Notimex)
El segundo nombre del iniciador de la Revolución Mexicana, Francisco I. Madero, no es Indalecio, sino Ignacio.
La celebración del 98 aniversario de la gesta histórica fue el momento propicio para revisar la historia.
“Vivimos engañados todos, es Ignacio”, dijo ayer Juan Manuel Villalpando, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
En su discurso ante la estatua de Madero, en los jardines de Los Pinos, Villalpando hizo la precisión sobre el segundo nombre del héroe coahuilense.
“Hace exactamente 98 años, un día como hoy, se inició la Revolución Mexicana; la encabezó un hombre frente a cuya estatua estamos: Francisco Ignacio Madero”, dijo.
Los alumnos de secundaria que asistieron a la ceremonia matutina buscaron con la mirada a sus profesores, como cuestionando en silencio si había una equivocación en sus lecciones de historia.
“Francisco Ignacio Madero, quien consagró sus afanes, su inteligencia y su bondad, para legarnos un país mejor”, enfatizó Villalpando.
En el presidium estaba el presidente Felipe Calderón; Gustavo Madero, presidente del Senado y sobrino-nieto de Francisco Ignacio Madero; Horacio Duarte, presidente de la Cámara de Diputados; Leonardo Valdés, presidente del IFE; Guillermo Ortiz Mayagoitia, titular de la Suprema Corte, y varios integrantes del Gabinete.
Después de la ceremonia, Villalpando dijo en entrevista que la autenticidad del segundo nombre de Madero se constata en copias de su acta de nacimiento y su fe de bautizo.
“¿De dónde inventaron Indalecio? Quién sabe, pero es Ignacio y siempre ha sido Ignacio, está probado y demostrado”, insistió.
El reto ahora, añadió, es que el INEHRM deberá difundir la historia de México.
“El Instituto a mi cargo hará un esfuerzo enorme de difusión de la historia de México, hay que llevarla a los lugares en donde nunca llegó”, puntualizó.
Avala el sobrino-nieto
El presidente de la Cámara Alta, Gustavo Madero, también defendió el verdadero nombre de su tío abuelo.
Con una copia de la fe de bautismo y del acta de nacimiento del revolucionario en las manos, el senador panista afirmó que desde la primaria se afirma que era Francisco Indalecio Madero, sin embargo, la realidad es que era Ignacio.
“Están los documentos que aquí nos atestiguan que es Ignacio. Aquí hay una copia de su fe de bautismo y su acta nacimiento, y tendrá que haber algunos ajustes en paradigmas y en los criterios, porque sigue causando polémica el nombre de Francisco Indalecio Madero”, dijo durante el festejo del aniversario, en el patio central del Senado.