Ola de inseguridad ha llevado a cada vez más personas a comprar un arma para su domicilio.
La ola de violencia en el país ha elevado la compra individual de armas para protección de los hogares, al menos 30 por ciento en los últimos dos años, de acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Datos de la Tienda de Armas de la Sedena indican que entre 2007 y 2008 se han vendido unas 5 mil armas cortas (pistolas) cada año a ciudadanos que quieren tenerlas para protección en sus casas. El costo de estas armas va de 4 mil a 12 mil pesos.
En contraste, en 2006 se vendieron alrededor de 3 mil 500 armas cortas.
Los datos no reflejan el mercado negro de armas que existe en el país en el que, según algunos expertos, se venden hasta 200 armas por cada una que se vende de manera legal.
Sin embargo, la estadística sí refleja la creciente preocupación de ciudadanos por obtener un arma de manera legal y ordenada, a través de la Tienda de Armas de la Sedena, el único órgano autorizado para vender armamento en el país.
“Al año se están vendiendo alrededor de 5 mil piezas, para protección de un domicilio, cuando antes se vendía un 70 por ciento”, dijo el teniente coronel Raúl Manzano Vélez, encargado de la Tienda de Armas en la Ciudad de México.
“Pero la tendencia de que compren en este establecimiento nos da un sesgo de que las personas, para la protección de su domicilio, lo están haciendo con una mayor transparencia y quieren tener las cosas legales para contar con un registro de esa arma”, señaló en entrevista.
La Tienda de Armas se encarga de vender y registrar armas de fuego a ciudadanos o empresas que las quieren por seguridad o para caza y tiro. Asimismo, surte a las policías estatales y municipales de armas cortas y automáticas.
Por ser datos reservados, la Sedena rechazó dar a conocer el número de ciudadanos por Estado que se han armado para proteger sus domicilios.
Pero al tiempo que aumenta la venta de armas a ciudadanos, la Sedena no lleva un seguimiento del uso que dan los compradores. Manzano admitió que no se sabe si las armas se utilizaron para protección, si se vendieron o si provocaron algún accidente.
El militar reconoció que tener un arma en el domicilio es un riesgo latente pues la Sedena no verifica si el comprador sabe usarla, además de que usar un arma contra un agresor puede acarrear problemas legales aun si se usó en defensa legítima.