En Buscando a Nemo (2003) se distingue a Ellen DeGeneres en la distraída Dory.
Famosos hollywoodenses se ‘animan’ en la gran pantalla.
La diva Greta Garbo sube al escenario y se contonea con sensualidad mientras avanza en dirección a Mickey Mouse. Acaricia el rostro del ratón más famoso del mundo y le susurra: “Eres maravilloso. Te voy a dar un beso”. La acción sigue a las palabras.
Momentos antes, el roedor animado era felicitado por Charlie Chaplin, Harold Lloyd, Stan Lauren y Oliver Hardy (El Gordo y el Flaco) quienes habían asistido a la proyección de una película del afamado ratón.
Todo esto ocurre en el corto animado Mickey’s Gala Premiere (1933) de Walt Disney, cuya premisa es el sueño de grandeza de Mickey como héroe de un filme que se estrena en una gala a la que asisten grandes luminarias de Hollywood: Joan Crawford, Clark Gable, Boris Karloff, los hermanos Marx y Jean Harlow quien, literalmente, derrite al chico que recibe los boletos.
La animación rendía así homenaje a la Meca del Cine. Y no sería la primera vez: Disney repitió la fórmula en Mother Goose goes Hollywood (1938) con W.C. Fields, los hermanos Marx y El Gordo y el Flaco.
Las fantasías animadas tomarían como protagonistas de universos de caricatura a los integrantes de la Fábrica de Sueños más de una vez. La Warner Bros. realizaría un ejercicio similar en Hollywood stops Out (1941), cuyo escenario es un centro nocturno al que asisten los celebridades a bailar.
Cary Grant espera a su esposa sentado en una mesa, Greta Garbo vende cigarrillos; Johnny Weissmuller encarga su abrigo en el guardarropa y queda ataviado con el traje de Tarzán. James Cagney conversa con Humphrey Bogart; Clark Gable, Bing Crosby y el monstruo de Frankestein bailan conga mientras Judy Garland y Mickey Rooney cenan en un rincón.
También desfilan Tyrone Power, Peter Lorre, Henry Fonda y Buster Keaton.
Más de una vez personalidades del ámbito cinematográfico han inspirado a lo dibujantes:
Jessica Rabbit era simbiosis de la silueta de Rita Hayworth en Gilda (1946), el peinado de Verónica Lake y la sensualidad de Lauren Bacall. The Beatles se sumergieron en color en el revolucionario filme El Submarino Amarillo (1968). Kim Basinger fue trazada con sensualidad en Mundo Cool (1992).
La legendaria diseñadora de vestuario en Hollywood, Edith Head, autora del guardarropa de Gloria Swanson en Sunset Boulevard (1950) y Audrey Hepburn en Sabrina (1954), se perfila en el personaje de Edna Mode, la modista de Los Increíbles (2004), responsable de confeccionar fabulosos trajes para los héroes.
Recurso infalible
Los largometrajes animados que emplean las voces de actores de renombre, se ha tornado práctica común el que los personajes basen sus rasgos faciales a partir de quienes les darán vida.
■ En Buscando a Nemo (2003) se distingue a Ellen DeGeneres en la distraída Dory y a Willem Dafoe en el antivillano Gill.
■ En El Expreso Polar (2004) Tom Hanks se transformó en un personaje virtual con el método “captura de movimiento”.
■ En tiempos recientes se han anexado al reino de la animación Pamela Anderson en la serie Stripperella, creada por Stan Lee, autor de El Hombre araña y Los 4 Fantásticos.
■ Lee trabaja el proyecto de una heroína basada en Paris Hilton.