Trabajadores del Municipio sacan un automóvil que cayó a un pozo de cuatro metros de profundidad en el bulevar Río Nazas. Una mujer que iba como pasajero murió por los golpes. La “abra” ocasionada por la avenida del río sólo tiene un pedazo de listón amarillo como señal de precaución y un bordo de tierra que es ignorado. (Fernando Compeán)
De un diámetro de casi 8 metros, el abra sólo tiene como señal un pedazo de listón con la palabra ‘Precaución’.
A un pozo de casi 4 metros de profundidad ubicado en el bulevar Río Nazas, cayó un auto sedán tripulado por un adulto de 65 años, que iba con su esposa de la misma edad. La pareja fue rescatada por vecinos. La mujer resultó con golpes, pero dejó de existir cuando era llevada en la caja de una camioneta de un vecino que la auxilió.
De un diámetro de casi 8 metros, la abra sólo tiene como señal de advertencia un pedazo de listón amarrillo de plástico con la palabra “Precaución”. A 500 metros del lugar del pozo, en dirección de oriente a poniente, se encuentra una hilera de montones de tierra que “bloquea” el paso por el bulevar a los vehículos. Sin embargo en dos tramos se observa que el obstáculo es ignorado a diario por los conductores.
“Nomás oímos un golpe y luego nos tocaron a la puerta para pedirnos una cuerda para sacar al señor y la señora. Es que aquí no hay ninguna señal de peligro, de noche las lámparas no prenden y la otra vez ya se iba ir otro carro al pozo”, dice una vecina del bulevar Río Nazas, que vive frente al lugar del accidente.
Dando órdenes a los curiosos para que se mantuvieran al margen, un elemento de Protección Civil dice: “La gente no respeta. Allá esta un montón de tierra que todos brincan”. Al servidor público se le pregunta si está bien colocado el montículo de tierra a 500 metros del lugar, pero no responde.
El elemento de Protección Civil ponía empeño en colocar la citada cinta amarilla que ató a unas ramas y del otro extremo primero lo amarró al retrovisor de una patrulla, luego intentó en el espejo de una motocicleta y finalmente mejor se lo dio a un policía que lo sostuvo menos de cinco minutos.
La abra deja ver lo endeble del pavimento y las subcapas de tierra. Con temor se acerca la gente al lugar para ver de cerca el auto que tiene las llantas al aire y el toldo enterrado. Un agente de Peritos explica que el auto Ford Mercury modelo 1998, color verde olivo, placas EJ 05255 con un logotipo de personas con discapacidad, tal vez trató de pasar por un lado del pozo, pero el pavimento se derrumbó.
El vehículo dio un giro de 180 grados en posición horizontal y terminó con la defensa frontal en dirección al Poniente y las llantas al aire. A las 16:38 horas una grúa inició las maniobras para sacar el vehículo que fue colocado en otra grúa de plataforma.
A medio kilómetro de donde estaba el auto, en la caja de una camioneta Ford blanca, estaba el cuerpo de Teodora Ruiz Zúñiga, que vivía en la calle Escuadrón 201, de la colonia Victoria.
Su esposo, Juan Luévanos Rodríguez, fue atendido por paramédicos de la Cruz Roja, luego de recibir la llamada de emergencia a las 15:40 horas.
El cuerpo de la mujer estaba rodeado por familiares y vecinos del lugar en espera del agente del Ministerio Público, Fernando Ruiz Castañeda, que dio fe de la defunción.
