Por Gabriel Bauducco
El Siglo de Torreón
MÉXICO, DF.- En 1988, cuando era casi una adolescente aún, se coronaba como Miss México y conocía al ahora fallecido Emilio -El Tigre- Azcárraga Milmo, Adriana Abascal Cisneros empezaba a vivir el cuento de hadas que todavía hoy le dura. Porque seguramente, desde su infancia en Veracruz, había soñado con una oportunidad así.
Lo que quizá no había imaginado Adriana era que terminaría siendo, a pesar de la gran diferencia de edad que había entre ambos, la esposa de uno de los hombres más ricos y más influyentes de este país. Su matrimonio con Azcárraga Milmo levantó humo dentro y fuera de la empresa multimedia Televisa, de la que ella se había convertido, un poco, en dueña. Pero siguieron adelante y Abascal ocupó puestos como directora de la Vicepresidencia de Telenovelas Históricas, primero, y como productora ejecutiva del mismo departamento, después.
Hay quienes cuentan la anécdota de que un día iba Adriana caminando por uno de los pasillos de la empresa. Se encontró con uno ejecutivo furioso que le dijo: ¿ya te crees la dueña, verdad? Y ella, con una media sonrisa, contestó: No, pero soy la dueña del dueño, que es mejor.
A la muerte de “El Tigre” Azcárraga, Adriana desapareció de la vida pública por un buen tiempo, mientras se tejían y destejían las especulaciones sobre qué porción de la multimillonaria herencia le tocaría. Y mientras Emilio Azcárraga Jean, el hijo menor de “El Tigre” (que tiene casi la misma edad que ella) se hacía cargo por completo de la empresa. Adriana se dedicó a viajar por el mundo, para reconstruirse, quizá para olvidar.
Estando en España se encontró con Juan Villalonga, un empresario rico y famoso. Comenzaron una relación, discreta al principio, silenciosa. Pero pronto los medios de comunicación fueron tras ella. Y no la dejaron en paz. A todo mundo le parecía una historia digna de contar: el mismo Azcárraga los había presentado poco antes de morir.
Villalonga y Abascal tuvieron una hija -Paulina- en el 2000. Y un año después se casaron. Ahora viven Estados Unidos, donde Juan es presidente del Consejo de Administración de Univisión, una cadena de televisiva importante en el mundo de habla hispana.
Para Adriana la vida se ha convertido en una espacie de escaparate donde todo se ve.
Ahora, luego de unos meses de silencio, reapareció con un libro escrito. Una Mujer, Cada Mujer, se llama. Y en él hace gala de su mejor oficio: la diplomacia. Porque Abascal tiene modales de princesa, como si hubiera sido educada para agradar. Alta, fina, mesurada... parece inalterable. Es dueña de una amabilidad impoluta.
Y le encanta hablar de “proyectos”. Esa parece su palabra favorita. Para ella “proyectos” son las cosas que hizo, las cosas que hará. Las cosas que no tienen nombre. Las cosas que quizá nunca lo tendrán.
“La idea de hacer este libro se fue dando por el destino. Pero una vez que identifiqué que ciertas inquietudes mías podían convertirse en un proyecto, pues la tarea fue visualizarlo y realizarlo. Y se fueron mezclando diferentes cosas que me interesaban, como mi inquietud por conocerme a mí misma. Y por conocer más mi mundo, el mundo de la mujer, el universo femenino”, dice.
“Pero, por otro lado, entró en juego el destino. Y curioseando, me encontré con un libro de Carl Yung que habla de los arquetipos en el inconsciente colectivo. Y no me preguntes por qué, pero como él decía que los arquetipos lo ayudaban a uno a conocerse a sí mismo, inmediatamente comencé a pensar en un libro que analizara las esencias femeninas. Me pareció fantástico partir de ahí para darle esta idea un poco más digerida a la gente. Fue casi un año de trabajo muy desordenado. Me levantaba a cualquier hora. Pedía consejos. Por ejemplo, lo llamé a Enrique Kruaze: ¿cómo se hacen los libros, qué hago?, le pregunté.
¿Y él qué le contestó?
-Me envió muchos libros que me podrían servir como base. Estamos hablando de una investigación. Pero luego el concepto fue evolucionando. Después yo quería hacer algo muy fácil, muy visual. Muy digerido. Al final Enrique también me dijo que yo debía tomar sólo tres o cuatro ideas, no más. Porque si no me iba por las ramas. Mi esposo me dijo lo mismo. Él no escribe libros, pero arma conferencias. Se trata de comunicar una idea, pues.
¿Y qué busca usted con este libro?
-Mira, yo, en realidad...
Ya ha dicho usted que no es escritora, no es psicóloga... ¿qué busca alguien que se pone a escribir un libro como este?
-Pues, quizá, la respuesta para esa pregunta no la sé. Pero sí te puedo adelantar que tanto con este como con otros proyectos, se trata de una realización personal, espiritual, una necesidad de crear cosas, de mantenerme activa. Yo aprendí mucho con este libro, conocí mucho. Es la escuela de la vida, una evolución, una universidad.
Si te quedas en tu casa tranquilo, no suceden muchas cosas. Seguramente no tendría la tensión de hacer un libro, pero tampoco tendría el aprendizaje. Lo veo por ejemplo en mi madre. Ella nunca ha trabajado. Pero la ves y... ¡Tiene unas ganas de vivir! Toma clases de esto y de lo otro, tiene muchas amigas y está en constante contacto con la gente. ¡Está viva!
¿Con cuántas personas vino a México?
-Solamente con mi marido.
Bueno, no sólo con su marido. Veo aquí a sus asistentes, del otro lado de la puerta hay -por lo menos- dos personas de seguridad.
-No, esas personas de seguridad fueron contratadas aquí. Y una de las personas que vez aquí, no trabaja para mí, es Julia, una amiga mía de Veracruz. Pero, ¿por qué me preguntas esto?
Porque, se importaron dos mil ejemplares de su libro. Aún vendiéndolos todos en una semana, no alcanzaría a cubrir los gastos del hospedaje en este lujoso hotel.
(Adriana, sencillamente, no contesta. Ni se enoja, ni se sonroja. Simplemente, se mantiene en silencio)
Ha dicho que su arquetipo es el de la actriz. Me pregunto: ¿por qué habiendo estado en un espacio tan propicio para la actuación, como es Televisa, no se dedicó a eso?
-Porque todo tiene un momento. Tienes que dejar que tu vida se desdoble. Yo estudié actuación. Y en el momento en que me iba a dedicar a eso, mi vida dio un giro. Y en vez de lamentarme por lo que no tenía, decidí disfrutar lo que sí tenía.
Me pareció muy interesante entonces aprender producción, estar “del otro lado” de la cámara. Aprendí de producción y de la vida. Yo he ido absorbiendo y aprovechando las oportunidades. Me gustaría... me gustaría seguir haciendo proyectos. Y si llega el proyecto adecuado en el momento adecuado, ¡perfecto! Y si no, pues no pasa nada.
No es descabellado pensar que una actriz puede volverse millonaria. Pero trato de buscar un ejemplo de una persona millonaria que de repente comenzara a actuar... y no lo encuentro.
No he pensado en eso. Es como si tú tienes el pelo rubio, no te voy a etiquetar por eso. Mucha gente se cree que la motivación para hacer las cosas es el dinero o el protagonismo. Y eso a mí me sorprende mucho. Por eso estos proyectos te enseñan tanto. Además... qué mejor que trabajar si no lo necesitas, sólo porque te gusta. Pero en Hollywood debe haber casos de gente que trabaja sólo porque le gusta.
Le propongo que tomemos frases de las personalidades que incluyó en su libro y las usemos para hablar de usted.
-¡¡Ay!! Es que yo sé tan poco de mí misma. Estoy apenas conociéndome. Todos nos dedicamos a analizar a los demás y muy poco a nosotros mismos. Pero, además, todavía soy muy joven. Pero, bueno, a ver el juego este.
Ava Gardner: En el fondo soy muy superficial.
-Porque hay algo de superficial en el arquetipo de la actriz. Y también muy sentimental.
Marilyn Monroe: No quiero ser rica, sólo quiero ser maravillosa.
-Es una frase muy bonita. Marilyn tenía algo que te hacía pensar: o es muy tonta o es demasiado lista. Nunca nos enteramos.
Qué curioso. Usted tiene una habilidad para hablar mucho y decir poco.
-A lo mejor es que tengo poco que decir.
¿Como Jacqueline Onasis: La mínima información con la máxima cortesía?
-Esa frase me define, absolutamente. La adopto.
Pero bueno, iba a que, al verla en la conferencia de prensa, diciendo muchas cosas confusas, los periodistas comentaban: esta mujer es mensa o de verdad es tan lista que nos está confundiendo a todos.
-Creo que debo ser más lo primero.
Confesión de parte, señores.
-Sabes, cuando era más joven, creía que tenía más cosas que decir. Ahora sé que tengo que escuchar más. Uno debe hablar de lo que sabe. Y al final no sabemos tantas cosas. No soy una sabelotodo. Al final, yo vivo una vida bastante normal. Aunque te puedas reír, porque la gente piensa: ésta tiene la vida resuelta.
No, usted tiene resuelto qué comer de por vida, pero la vida es otra cosa.
-Sí, la vida es otra cosa. Tengo resuelto qué comer, pero no por eso la gente debe pensar que ya no tengo nada que hacer. Mi vida es igual de interesante o de aburrida que la de otras personas. Quiero ser muy prudente. Y quiero aprender. Como ahora, cuando Regina (voltea hacia una mujer que está en la misma habitación) me habla de maquillaje. Esta mujer sí que sabe de este tema, porque está todo el día en contacto con ese asunto.
Puso en el libro una frase de Coco Channel que dice: cuántas preocupaciones se evita uno en la vida cuando en vez de ser algo, decide ser alguien.
-A mí me da lo mismo, ser algo o ser alguien. Lo importante es ser uno mismo. Porque al final nos preocupamos mucho por lo de afuera, y nos quedamos con un malestar. Yo no me exijo la lucidez y las frases célebres que otras personas quieren ver en mí. Yo me perdono. Y no pasa nada si me equivoco. Tengo derecho.
En la conferencia de prensa dijo una frase a mitad de camino entre la ingenuidad y la mamonería. Dijo: ‘lo próximo será otro libro, un programa de televisión o un viaje al espacio’.
-Es una manera de expresar que uno nunca sabe lo que va a pasar.
Qué lástima, esperaba que fuera cierto lo del viaje al espacio. Ya los venden. Usted podría comprarse uno.
-Nooo. Si me da miedo el avión, imagínate. Pero bueno, insisto, lo que quise decir con eso es que, de verdad, uno no sabe a donde nos lleva la vida.
¿Usted no sabe a dónde va?
-No, la verdad es que no. No sé que voy a hacer dentro de un año. No lo sé. Pero no me angustia, porque tengo confianza en la vida y tengo confianza en mí.
Tiene usted una fortuna personal. Y desde muy joven estuvo rodeada de empresarios. ¿Alguna vez pensó en “hacer” algo con su dinero, ponerlo a trabajar, a producir, crear una empresa?
-No, porque a mí me gusta hacer cosas que me diviertan. Esa parte nunca me ha llamado la atención.
¿Cuándo se vaya al espacio me avisa?
-Desde luego, ¿te gustaría venir?
CUADROO
No es psicóloga, pero desde su reflexión personal Adriana Abascal describe a la mujer en su libro Una mujer, cada mujer. Establece nueve arquetipos femeninos y los relaciona con personajes famosos.
-Una mujer cada mujer, mis arquetipos, el libro que Adriana Abascal publicó, es más bien un resumen biográfico de distintas personalidades de la historia, reales o mitológicas, que la veracruzana decidió clasificar en diferentes caracteres.
-Lo mismo puede uno encontrar a Indira Ghandi que a Marilyn Monroe; a Eva (la esposa de Adán) que a Matahari; a Jacqueline Kennedy que a Ava Gardner. Y están clasificadas, de un modo personal y en consecuencia discutible, en categorías como: la guerrera, la madre, la actriz, el ángel, la esposa, etc.
-El trabajo comienza con una breve explicación de los arquetipos, originalmente establecidos por el pensador Carl Yung y sigue con breves detalles de cada uno de ellos. En medio, como fichas de menos de una página, aparecen las mujeres que Abascal decidió incluir. Y algunas frases de cada una de ellas que son el verdadero hallazgo del libro: divertidas, sorprendentes, reveladoras.
SUS ARQUETIPOS
La seductora
“Cuando este arquetipo predomina en la mujer se manifiesta de forma serena, con voluptuosidad. Consumida por una profunda carga sexual, la seductora suele vivir atraída por el poder y el dinero, dejándose llevar ingenuamente por su propio instinto. Tiene grandes aptitudes que utiliza para manipular sin involucrarse sentimentalmente”.
Eva, Cleopatra, Marilyn Monroe.
La actriz
“Es polifacética. Su símbolo son sus muchas caras, una mujer que puede ser quien ella quiere y cuando ella quiere, y eso no sólo le divierte sino que es también una sombra que la acompaña y atormenta. La mujer que desarrolla este arquetipo es dramátrica, egocéntrica y rebosa glamour”.
Sarah Bernhardt, Colette, Greta Garbo.
La guerrera
“Cambian su mundo concentrando su esfuerzo por conseguir un determinado objetivo ya sea para ellas o para el mundo que las rodea, es un arquetipo informativo que muestra las necesidades que hay que perseguir y cómo conseguirlas. La guerrera nos lleva a hablar libremente y a pelear”.
Juana de Arco, Agustina de Aragón.
La rebelde
“Dueñas de una actitud sincera, las mujeres rebeldes no suelen tener tacto a la hora de comunicarse. Son enemigas de las ataduras y los grandes compromisos, prefieren siempre tener oportunidades inusitadas que no coarten su más preciado bien: su libertad”.
Juana la Loca, Frida Kahlo.
El ángel
“No conoce el egoísmo. Son mujeres pacientes que aprenden a guardar sus sentimientos en el fondo de su alma. Imaginativas y sensibles, utilizan las distintas expresiones del arte, como la pintura o la música, para curar las heridas de la vida”.
La Virgen María, Grace Kelly, Audrey Hepburn, Diana de Gales.
La reina
“Es una figura protectora por naturaleza, pero a su vez controladora, con una eterna desconfianza hacia todo lo que la rodea. La reina, desde su poder, se decide por una vida solitaria y trata de esconder su verdadera personalidad”.
Ginebra, Isabel la Católica, Eva Perón, Jacqueline Onassis.
La apasionada
“Su deseo principal es mantener la intimidad en una relación. Siente miedo y temor de quedarse sola, de no ser querida ni deseada, de no poder justificar su existencia. Estas mujeres son de gran valor en cualquier organización, pues saben luchar intensamente”.
Julieta, Isadora Duncan.
La madre
“Las mujeres que se identifican con este arquetipo no necesariamente tienen que ejercer de madres de familia sino que desarrollan sus sentimientos hacia amigos, seres queridos, animales o incluso plantas. Entre sus muchos atributos la madre es una mujer comprensiva”.
Parvati, Isis, Deméter.
La pionera
“En su lucha por buscar un camino distinto, la mujer pionera se enfrenta a sí misma, deja su egoísmo y sus miedos a un lado en su reto constante por abrir sendas diferentes a otros seres humanos. Siempre en la brecha, no tienen barreras ni márgenes”.
Hellen Keller, Marie Curie, Coco Chanel.