Joel Comenta...

Para quienes pensaron que finalmente podrían disfrutar de una grata velada luchística la noche del pasado jueves en la Arena Olímpico Laguna, donde se anunciaba un duelo de campeonato del mundo entre el lagunero Último Guerrero y Villano V, la decepción fue total al ver un espectáculo que distó mucho de una lucha de esta categoría.

Una vez más fue la intervención del réferi "El Viruta" y los seconds Mister Guerrero y El Tackle lo que echó a la basura algo que parecía ser un buen combate, digno del cetro mundial del CMLL que estaba en juego, el que contra viento y marea finalmente retuvo Último Guerrero.

Resulta increíble que elementos que llevan años de desempeñarse como luchadores o réferis profesionales no le den el valor real ni la seriedad que merece este tipo de luchas, pero aún más, resulta increíble que la empresa responsable del cartel permanezca pasivo ante fallas tan grandes en la operatividad.

Traer este tipo de combates a la región, representa una importante inversión para quien desee fungir como empresario. Cualquiera que haga esta función su objetivo será ofrecer un buen espectáculo y llevar público al escenario y por consecuencia obtener una ganancia.

Sin embargo la del jueves, al igual que las de las semanas anteriores, representó pérdidas para quienes arriesgaron parte de su patrimonio, y pese a esto, poco se ha hecho para revertir esta tendencia

Ante ello, queda la pregunta en el aire respecto a quiénes están detrás de los empresarios, quiénes son aquellos elementos considerados sus brazos derechos en la organización y que muy poco hacen para cuidar esta fuente de trabajo para los gladiadores y buen número de personas que obtienen algún ingreso de forma directa e indirecta con este tipo de carteles.

Por si fuera poco, las familias que acuden regularmente a este escenario en compañía de sus hijos debieron soportar el vergonzoso espectáculo de dos aficionados que subieron a bailar al ring, quienes con el afán de ganarse el aplauso del público terminaron bailando semidesnudos, luciendo la abundante lonja y los glúteos.

Este acto, que a muchos generó risa, a otros les indignó por lo bochornoso que resultó ante la presencia de los niños. Luego de este incidente hubo quienes se manifestaron en contra de este tipo de situaciones y aseguraron no tener deseos de regresar más al escenario, sino hasta que se experimente un cambio definitivo en la forma de presentar las veladas de lucha libre, ya que al menos esta vez hizo recordar aquellas llamadas "noches de buen humor'', prohibidas hace años por considerarlas ofensivas a la moral pública.

En definitiva, quedó demostrado la urgente necesidad de que por principio de cuentas los empresarios hagan una limpia en su equipo de colaboradores, a fin de tener en cada puesto a gente capacitada, responsable y con una visión clara de lo que es la organización de un deporte profesional.

Es también urgente que la H. Comisión de Box y Lucha Libre, si es que aún existe, tome cartas en el asunto y de una vez por todas ponga orden en el medio, a fin de acabar con toda una serie de irregularidades que se manifiestan en cada función.

De ya no existir dicho organismo, entonces corresponderá a la primera autoridad municipal reactivar dicha dependencia, y darle todo su respaldo para que se cumpla con los lineamientos que marca el reglamento, el cual al día de hoy es letra muerta en este importante deporte.

Con este tipo de espectáculos queda claro que la ausencia de público en las arenas no se debe exclusivamente a los problemas de inseguridad ni a los económicos que azotan a la región, sino en la forma en que se ha derrumbado la calidad del espectáculo y por otros factores que se han filtrado a este deporte, por tantos años orgullo de los mexicanos.

La lucha libre profesional como deporte está en peligro de muerte y urge que cada factor que influye para darle vida se aplique en el terreno que le corresponde para regresarle su esencia, su dignidad y su grandeza. La pregunta ahora es ¿quién le pone el cascabel al gato?

Jflores@elsiglodetorreon.

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