México, Df.- Cuando la noche del martes siete de octubre de 2008, la canadiense Godess dejó su máscara en manos de La Princesa Sujei en la arena México, su carrera pareció irse por la borda, pero al paso de los meses, en Aurora se ha despertado una furia dormida que quiere mostrar su lado más rudo sobre el ring.
"Al perder la máscara salió algo de muy adentro de mí, una furia escondida, soy más enojona ahora, soy técnica pero no descarto alguna vez cambiar, estoy un poco cansada de ser la buena siempre, cambió mucho mi vida al perder la máscara", dice con la emoción reflejada en su rostro.
Aunque no lo da por hecho, un cambio de bando puede ser la respuesta: "Tal vez no sea ruda, pero quiero ser más agresiva, quiero dejar de ser buena onda, estoy aquí para pelear fuerte y lo voy a demostrar". Aurora recuerda que le dolió mucho perder su tapa: "No estaba lista, fue muy pronto apostarla. Creo que Sujei se aprovechó de eso para ganarme, pero yo quería demostrarle que soy buena luchadora. Además, yo estaba lastimada y aún así le costó mucho ganarme".
LA MAGIA DE LA MÁSCARA Godess creció viendo la lucha libre al estilo americano en su natal Vancouver, donde el show está por encima del deporte, por lo que de máscaras no sabía nada, razón por la que no aceptaba del todo ponerse una tapa.
"Al principio no quería enmascararme, pero un promotor de Monterrey me dijo que tenía que hacerlo para poder crecer. Y fue empezar otra vez porque la gente ya me conocía sin máscara", relata.
Sin embargo la magia de luchar enmascarada la cautivó: "Después conocí el valor de la máscara, su significado, aprendí a relacionarme con ella, saber que gracias a ella encontré trabajo. Me sorprendió, pero la máscara fue parte de mí. Crecí mucho con la máscara. Y la gente no me veía como mujer, sino como una luchadora, lo que me permitió ser reconocida como deportista", destaca.
UNA NIÑA RUDA Antes de la lucha libre, Aurora practicó futbol y box en su país, siempre le gustó participar en deportes donde pudiera demostrar su fuerza.
"Desde niña me gustó eso, la disciplina del box me agradaba mucho, hay algo del ring que me encanta, pero la lucha es magia, me conquistó y era un gran reto entrar a este mundo", comparte.
Así empezó a entrenar en el 2003 bajo las órdenes de Rob "Fuego" Etcheverría: "Siempre supe que este era mi camino y no voy a dejarlo hasta triunfar".
Su andar
Llegó a nuestro país para convertirse en una gran luchadora.
n Debutó en septiembre de 2004 en Toronto, Canadá, entrando como luchadora emergente, pero tardó en meterse de lleno: "Allá la lucha libre es muy diferente. Acá es más espectacular, con llaves y técnica, y en Canadá es más al estilo americano, es show más que un deporte".
n Fue hasta el 2005 que empezó a trabajar en forma como luchadora independiente: "Un promotor me trajo a Monterrey a luchar y yo venía sólo por un mes, pero me gustó tanto el estilo en México que decidí quedarme".
n Aquel primer contacto con el pancracio mexicano marcaría su destino: "Luché contra Diana la Cazadora, La Bruja y La Princesa Sujei... creo que desde ese día no quiero a Sujei", comentó la canadiense.