Los elementos tóxicos de una parrillada pueden desarrollar riesgos serios para contraer el cáncer, aseguró un estudio de ambientalistas franceses, al indicar que un evento de este tipo de 120 minutos equivale a la emisión de la misma cantidad de contaminantes que producirían 200 mil cigarrillos, mismos que tomarían muchas semanas para su consumo en un ser humano.
Este estudio que realizó el grupo de franceses Robin des Bois demostró científicamente que una carne asada al aire libre, que se realiza por un espacio de 120 minutos, lanzaba al aire el mismo nivel de agentes tóxicos que pueden generar unos 220 mil cigarrillos.
La prueba se realizó con una parrilla de carbón, en la que se cocinaron cuatro chuletas para asar, cuatro cortes de ave y cuatro salchichas. El resultado fue que la combinación de calor, carbón, humo y las carnes produjeron entre 12 y 22 nanogramos de dioxinas.
Las dioxinas son agentes químicos tóxicos presentes en la quema de elementos como el cigarrillo y la gasolina, que se relacionan íntimamente con las probabilidades de sufrir cáncer.
El estudio también determinó que si una persona decide retirarse de la parrilla que genera las toxinas no está fuera de los riesgos, pues la carne asada absorbe los elementos tóxicos que se ingieren en un día de campo, en el jardín trasero del hogar o en lugar de común convivencia. También en otro estudio que están realizando los científicos se está determinando la incorporación de varios hidrocarburos relacionados con la enfermedad en el proceso de carbonización de la carne.
Los ambientalistas pudieron comprobar que los vecinos o personas cercanas a la ?carne asada? también resultarían afectados en menor grado, ya que se genera una concentración de dioxinas en la zona entre 0.6 y 0.7 nanogramos por metro cúbico.
Éstas son las toxinas que genera una parrillada; sin embargo, Óscar Luis Mancillas Rodríguez, representante de Ingeniería en Necesidades Naturistas en México, quien comenzará un interesante seminario desde hoy en el Instituto de Estudios Azteca, manifestó que la carne, así como muchos otros elementos artificiales y conservadores, son generadores de toxinas que posteriormente enferman al ser humano ante los altos consumos que generan el ?marketing? y la publicidad.
Óscar Luis Mancillas también señaló que, equivocadamente, a través de una propaganda política en Estados Unidos, de millonarios texanos, se decía ?Carne, Leche y Huevos? como si se tratara de un régimen alimenticio ideal. ?La leche es para el becerro, animal que procesa el alimento para estar listo en dos años; el huevo ya ni siquiera es natural, sino que se utilizan procesos químicos para provocar que exista este alimento?, finalizó.