Es la elección de Edomex la más costosa
El exconsejero electoral Bernardo Barranco, quien preside la agrupación Dictamen Ciudadano, asegura que la actual elección por la gubernatura del Estado de México es la más costosa en la historia del país y de América Latina.
De acuerdo con la distribución de recursos hecha por el IEEM, el priista Eruviel Ávila, de la coalición "Unidos por ti", dispone de 197.4 millones de pesos sólo para gastos de campaña.
El perredista Alejandro Encinas, de la coalición "Unidos podemos más", cuenta con 137.4 millones de pesos, y Luis Felipe Bravo Mena, candidato del PAN, tiene 96.9 millones.
Por día y, atendiendo sólo al financiamiento público, los candidatos gastan en conjunto 9.5 millones de pesos, lo cual supera el presupuesto diario de municipios, programas y secretarías del Gobierno mexiquense.
Según el listado de participaciones incluido en el Presupuesto de Egresos del estado para 2011, la cifra supera el gasto diario municipios como Tonanitla, que sólo dispone de 37 mil 100 pesos al día, y Ecatepec que tiene un gasto diario de 3.3 millones de pesos.
Pero también supera la disponibilidad de gasto con la que el gobierno del estado dotó a 58 de sus 64 programas incluidos en el Presupuesto de Egresos 2011
Ante estos indicios, Barranco creó la organización Dictamen Ciudadano de Vigilancia Electoral del Estado de México, desde la cual se está haciendo una fiscalización ciudadana de las campañas.
Aunque acusó que el priista Eruviel Ávila es el candidato que más derrocha, consideró que la responsabilidad del gasto millonario es de todos los partidos.
"Las burocracias políticas de los demás partidos en el Estado de México han entrado en esta lógica de corrupción, si no, no sería posible tener todo este engendro", acusó.
Barranco consideró que la revisión precautoria ordenada por el IEEM a los gastos de campaña, a solicitud de la oposición, no significa que se vaya a modificar el desarrollo de la campaña.
Recordó que en las elecciones de 2005, cuando el actual Gobernador Enrique Peña Nieto salió triunfador, había la misma percepción de rebase de gastos de campaña, sobre todo por la transmisión de spots en radio y televisión, pero el Tribunal Electoral sólo reconoció que hubo excesos y no pudo determinar que el rebase constituyera una causa de nulidad.