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PALABRAS DE PODER

El desconcierto mundial ante la destrucción de las instituciones ‘sólidas’

JACINTO FAYA VIESCA

LA NUEVA FASE 'LÍQUIDA' EN LA SOCIEDAD MODERNA.

Segunda y última parte

El sistema de pensiones para jubilados de empresas públicas entró en crisis hace más de 20 años en los países europeos. En México, los fondos de pensiones públicos están en quiebra y los jubilados viven en un pánico constante.

En los países ultra capitalistas, como los Estados Unidos, los gobiernos han retirado su apoyo y financiamiento a todo tipo de seguro público: seguros para la salud a los desempleados y personas de mayor edad, seguro para la alimentación y para el desempleo. Además, en ese mismo país, cientos de miles de millones de dólares en ahorros pertenecientes a decenas de millones de estadounidenses, fueron desprotegidos por las leyes y el gobierno.

Las empresas privadas sin regulación económica gubernamental de esa nación, engañaron a estas decenas de millones de ahorradores y les robaron "todos" sus ahorros. Esta es una de las historias despiadadas y crueles de la bancarrota de los Estados Unidos que explotó en 2007 y 2008.

Las antiguas organizaciones e instituciones "sólidas" tradicionales, dejaron de operar, y en su lugar, los gobiernos de las sociedades capitalistas permitieron que instituciones "líquidas" sin estructura y sin el tiempo para probar su eficacia, desplazaran a las instituciones "sólidas" que venían funcionando.

Este alejamiento de los gobiernos nacionales en la protección de la sociedad y de los grupos más vulnerables, demostró al mundo que el capitalismo y sus monstruosos engendros - "las enclenques instituciones líquidas" - son enemigas del interés general de la nación, de la justicia social y de la "solidaridad" como supremo principio moral de cooperación entre los seres humanos.

La nefasta publicidad de un mercado voraz e insaciable de compradores (aun cuando compren lo que no necesitan) reduce el magro ahorro de las clases más necesitadas y promueve todo un movimiento social de rompimiento de vínculos entre las personas.

El trabajo en equipo, la colaboración en tareas comunitarias, el sacrificio por otros, son cuestiones que aborrece la fase "líquida" de nuestra sociedad. Fase en la que el principio supremo es la absoluta individualidad, sin consideración a los intereses generales de la sociedad.

Las antiguas cooperativas y cajas de ahorro, están desapareciendo en todas las naciones desarrolladas, y en su lugar, aparecen instituciones "fugaces" que atraen los pequeños capitales, con el señuelo de que en esas organizaciones financieras obtendrán mejores beneficios. Pero pronto, sus ahorros robados les estrellan la pesadilla en sus caras.

La fase "líquida" es absolutamente incapaz de concebir a la sociedad como un todo orgánico, sólido y con sentido. Esta fase no ve a una sociedad, sino a una multitud de individuos a los que hay que explotar. Ven sólo mercados potenciales, sin importarles los daños que causen al desarticular a complejas comunidades que se han venido estructurando con el tiempo y con las formas de vida tradicionales en donde el respeto a los valores sociales resultan indispensables.

La fase "líquida" no entiende el alto significado del desarrollo cultural en el tiempo, del progreso económico, de la planeación a mediano y largo plazo, o de la maduración de las ideas y de las instituciones.

Por el contrario, sus ídolos son el éxito económico inmediato, la técnica (cambiante) sobre la inteligencia y la cultura, la rentabilidad instantánea, lo que sea provechoso en el momento, la persuasión con engaños, las elecciones económicas y de vida individuales de manera totalmente irresponsable.

Todas estas nuevas formas "monstruosas" que ha venido adoptando el capitalismo, ha sido a costa de subastar el trabajo humano, de devastar recursos naturales no renovables, de contaminar el medio ambiente y de maximizar la concentración del capital aun cuando rompa totalmente con la ética, la dignidad de la persona y un desarrollo sustentable.

La fase "líquida" adora los nuevos conocimientos (transitorios y fugaces) y rechaza los conocimientos sólidos del pasado. Lo importante para esta fase no es la memoria de las tradiciones sociales más provechosas, ni la acumulación de una "sabiduría social" adquirida a través de los años y de los siglos.

La fase "líquida" exige una amnesia de la memoria. Exige el reinado de las nuevas formas de convivencia de miles de pequeños grupos. Y es que, como las elecciones individuales son lo que cuenta, resulta imposible un consenso amplio de lo que hay que hacer y de cómo comportarse en la sociedad.

La fase "líquida" que está invadiendo a todo México, defiende todas las ocurrencias, codicias y patologías individuales: encuentros de parejas en común, abandono de la casa paterna en la adolescencia, embarazos en niñas y adolescentes de 14 y 15 años, rompimiento de la lealtad con las empresa en que se trabaja, abandono de la cultura tradicional y adopción de técnicas que funcionan fugazmente.

¡Mucho cuidado, pues esta es la entrada al nihilismo!

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