¿Qué tiene que ver Grecia con nosotros? Depende del punto de vista en que lo miremos. Hoy por hoy, la educación ha desvalorado muchos tópicos que antes eran importantes como cultura general, civismo, historia y esas cosas que al parecer no sirven para producir; así que las nuevas generaciones ignorarán lo que Grecia tenga que ver con nosotros.
Para principio de cuentas, Gracia, según se dice, es la cuna de la civilización Occidental; y se dice eso porque es el país donde floreció por primera vez elementos culturales que aún hoy nos sirven de referencia, por ejemplo, la filosofía (Tales de Mileto, Anaxímenes, etc) donde se cimentaron los dos grandes sistemas filosóficos (el idealismo con Platón, el realismo con Aristóteles) donde se dan los primeros indicios de la literatura escrita con Homero, y hay desarrollo de las ciencia, donde Pitágoras sería un ejemplo. También en las artes tenemos referencias, arquitectura y escultura principalmente.
Pero de Grecia podemos sacar múltiples lecciones; lo que arriba hemos expuesto, lo más importante de ello, sucedió en un siglo, o tal vez menos, en el siglo de Pericles, y como dice el dicho de haz fama y ponte a dormir, los Griegos son un pueblo que más que nada han sabido de vivir de esa fama que les produce turismo.
Militarmente nunca fue un pueblo que sobresaliera. Por lo general estaban divididos. Esparta contra Atenas y entre los dos las otras ciudades estado donde a fin de cuentas supo pescar por esos mares revueltos Tebas.
Pero de aquí también supieron sacar algo de fama en el mismo siglo mencionado. En Las guerras Médicas, contra los medos, no contra los médicos, hubo algo de unión, aunque los espartanos se hicieran los remolones, y supieron vencer a un ejército supuestamente invencible, y acometer actos heroicos, como la guerra de las Termópilas, o la batalla de los trescientos según el cine, y la epopeya de Maratón. (Nuestra carrera de Maratón de ahí viene. En aquel tiempo, el que la corrió, terminó muerto, hoy al parecer, los corredores tienen mayor capacidad física y no mueren, por el contrario suben al podio a recibir sus medallas).
A Grecia muchos gustaron de presumirlos, sobre todo aquellos que eran sus vencedores y sus conquistadores. Alejandro, el primero de ellos, que llevó la cultura Helenística a toda asía y el norte de África. Luego los Romanos que adoptaron la misma cultura como propia y la acoplaron a su imperio y de ahí nos viene a nosotros.
No podemos dejar de recordar que la propia iglesia católica acopló los principios filosóficos griegos al pensamiento cristiano: San Agustín es influenciado por Platón y Plinio y Santo Tomás por Aristóteles.
Con lo anteriormente mencionado nos podemos dar cuenta que en nuestra estructura de pensamiento hay una base fundamental que es el pensamiento Griego. (De los romanos no podemos presumir tanto, ellos donde brillan es en la tradición legal, el derecho Romano, y en el afán de conquista o del imperio total).
Volvamos a los Griegos que en realidad de aquel siglo de Pericles en la historia no han vuelto a brillar mucho. Ha estado en manos de muchos países tal vez por su situación geográfica tan especial, al fondo del mediterráneo, como frontera entre Asia y Europa (recuerden que la Ilíada representa a las dos etnias en pugna).
Algunas películas como sorba el griego, o la bandolina de no se que capital, algunos cantantes (¿Mustakí?), y algún que otro escritor como Kankansakis nos recuerdan la existencia de este país.
Ahora, nos están recordando su existencia los medios de comunicación. De la unión Europea es el que más problemas económicos tiene y los problemas económicos siempre producen problemas sociales.
En este caso no se trata de rescatar a Elena, ni osa que se pueda resolver con el caballo de Troya. La cuestión es mucho más grave. Se necesita inyectar capital para solucionar los problemas, y se necesita ponerse rígido en el gasto para poder pagar un día lo que se debe.
Si hoy se debe, es que se pidió un día prestado y se gastó mal, a lo tonto. De ahí vienen los problemas económicos y lo mismo se aplica a la economía doméstica, que a la comercial, o a la industrial; y por supuesto, a la economía nacional o estatal.
De alguna manera lo que se pide prestado se tiene que pagar. Pero que nos pueden decir a nosotros si en los setenta y los ochenta sufrimos constantes devaluaciones, tantas que logramos agregarle tres ceros a nuestra moneda (aunque ahora intenten esconder los ceros ahí están). La devaluación es una manera de decirte que te descuentan el valor adquisitivo de tu dinero, que es decir de tu trabajo, para de esta forma compensar la balanza del debe y del haber nacional.
O sea que de pagar, pagas.
Pero para no pagar, para que no nos devalúen el poder adquisitivo de nuestra moneda, es decir de nuestro trabajo, lo mejor es ser racionales en el gasto. Lo mejor de todo no es pedir prestado; pero si pides, hay que ser responsable, si n o, pasa lo que está pasando en Grecia, y que comienza a pasar en España y en Portugal y que hace preguntarse a los países Europeos que qué onda con la unión, ¿los incompetentes lograrán hundir a los competentes o viceversa, los competentes sacarán a flote a los incompetentes?
Por mientras tenemos que cuestionarnos lo de las tarjetitas. (Ya pasaron las elecciones, ya chale). Tarde que temprano eso lo tenemos que pagar.