Visión Panorámica del plan de Dios
Cuando llegamos al Quinto Mandamiento el Señor me mostraba que yo era una asesina espantosa y que cometí lo peor y lo más abominable ante los ojos del Señor, "El Aborto", miren, es que el poder que me dio el dinero me sirvió para financiar varios abortos porque yo decía: "la mujer tiene derecho a escoger cuando quiere quedar embarazada o no", miré en el libro de la vida y me dolió tanto, que cuando vi a esa niña de catorce años abortando, a la que yo le había enseñado, ¿por qué saben? cuando uno tiene veneno nada bueno queda, y todo a lo que se acerca se daña.
Unas niñas, tres sobrinas mías y la novia de un sobrino abortaron, las dejaban ir a mi casa porque yo era la de la plata, la que las invitaba, las que les hablaba de moda, de glamur, y de cómo exhibir su cuerpo, y mi hermana me las mandaba haya, miren como las prostituí, prostituí menores, que fue otro pecado espantoso después del aborto, porque yo les decía a esas niñas: no sean bobitas mijitas, es que si sus mamás les hablan de virginidad y de castidad, es porque están pasadas de moda, ellas hablan de una Biblia de hace dos mil años, y los curas no se han querido modernizar, ellas hablan de lo que decía el Papa, pero ese Papa está pasado de moda.
Imagínense mi veneno y les enseñé a las niñas que ellas tenían que disfrutar de su cuerpo, pero que tenían que planificar. Yo les enseñé los métodos de planificación "perfecta mujer", y esa niña de catorce años, la novia de mi sobrino llega un día a mi consultorio (lo vi en el libro de la vida), llorando me dice: "¡Gloria, soy un bebé y estoy embarazada", y yo le dije: "bruta, ¿no le enseñé a planificar?" y entonces me dice: "sí, pero no funcionó". Entonces miré y el Señor me ponía allí esa niña para que no se hundiera en el abismo, para que no fuera a abortar, porque es que el aborto es una cadena que pesa tanto, que arrastra y pisotea, es un dolor que nunca se acaba, es el vacío de haber sido un asesino. Y lo peor, de un hijo. Y saben qué fue lo peor de esa niña, que en lugar de yo hablarle del Señor le di plata para que fuera a abortar en un lugar muy bueno para que después no la fueran a perjudicar. Así como ése, patrociné varios abortos, cada vez que la sangre de un bebé se derramaba, era como un holocausto a Satanás, es un holocausto. Al Señor le duele, y se estremece cada vez que se mata un bebé porque en el libro de la vida, vi cómo el alma de nosotros tan pronto como se tocan el espermatozoides y el óvulo se forma una chispa hermosa, una luz cogida del sol de Papá Dios, el vientre de una madre tan pronto es fecundado se ilumina con el brillo de esa alma y cuando se aborta esa alma grita y gime de dolor así no tenga ojos ni carne, se escucha ese grito cuando lo están asesinando y el cielo se estremece y en el infierno se escucha otro igual pero de júbilo, de inmediato del infierno se abre unos sellos y salen unas larvas para seguir asediando a la humanidad, y seguir haciéndola esclava de la carne y de todas esas cosas que se ven y se verán cada día peor.
Porque ¿cuántos bebés se matan a diario? Y eso es un triunfo para él. Cómo será que ese precio de sangre inocente ocasiona un demonio más afuera, y me lavan en esa sangre, y mi alma blanca se empezó a poner absolutamente oscura. Después de los abortos ya no tuve más convicción de pecado, para mí todo eso estaba bien. Y lo triste también, fue ver como en esos pagarés que me tenía el maligno, ahí me mostraba todos los bebés que yo había matado, porque ¿saben qué? Yo planificaba con la T de cobre y fue doloroso ver cuántos bebitos habían sido fecundados y se habían estallado esos soles, y el grito de ese bebé desgarrándose en las manos de Papá Dios. De razón que vivía amargada y mal geniuda, haciendo mala cara, frustrada con todos y con mucha depresión y decía para mí: "Qué manera" claro, me había vuelto una máquina de matar bebés. Y eso me hundió más en el abismo; ¿cómo que no había matado? Y qué decir de cada persona que me cayó gorda, que odiaba, que detestaba. ¡Ahí ya era aún asesina! Porque no sólo con un disparo se mata a una persona, basta con odiarla con hacerle el mal, con tenerle envidia, con eso ya se le mata.
En cuanto al Sexto Mandamiento de no fornicar, yo dije: "no, aquí si no me van a levantar ni un amante porque yo toda la vida solamente he tenido un hombre y es mi esposo". Cuando me muestran que cada vez que yo estaba con mis senos descubiertos y mi cuerpo con mis tangas marcadas en mi ropa estaba incitando a otros hombres a que me miraran y tuvieran malos pensamientos y los hacía pecar y así fue como entré en adulterio.
Yo les aconsejaba a las mujeres que fueran infieles con sus esposos, les decía: no sean bobas desquítense, no los perdonen y más bien divórciense, ya con eso estaba cometiendo un abominable adulterio.
Y me di cuenta que los pecados de la carne son espantosos y son condenatorios así el mundo les diga que son chéveres, que si es amor, todo se vale, aunque estés casado y que sigamos actuando como animales. Tristemente me solté de la mano del Señor, porque los pecados están en los pensamientos, en el alma y en la acción.
Fue tan doloroso ver cómo todo ese pecado, por ejemplo el pecado del adulterio de mi papá dañó y desgarró a sus hijos, a mí me volvió una resentida con los hombres y en mis hermanos tres fieles fotocopias de mi papá, felices por ser muy machos, mujeriegos y toma tragos... no se daban cuenta cómo dañaban a sus hijos. Por eso mi papá lloraba con tanto dolor viendo cómo su pecado había sido heredado en ellos, en su hija, dañándose así toda la obra de Dios.
Continuará...
Decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives", "La familia que reza unida, permanece unida", "Sígueme este domingo a misa". Iniciativa laguna un proyecto de Valor y de valores de los laguneros y para los laguneros y el Mundo! Esperamos como siempre sus comentarios en: [email protected]. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés. www.familia.blogsiglo.com
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