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Acampar por una reforma

GENARO LOZANO

Hace poco más de dos meses, un joven sinaloense llamado Gonzalo Ibarra decidió posponer los proyectos que tenía de montar un sitio web con rutas de bicicleta en Guadalajara y viajar al Distrito Federal para plantarse en una tienda de campaña frente al Senado de la República y exigir (sí, aunque suene soberbio esa es la palabra adecuada) a los legisladores que aprobasen una reforma política que incluía, entre otras cosas, la posibilidad de las candidaturas ciudadanas, la reelección consecutiva de legisladores, las llamadas consultas populares y la posibilidad de que cualquier ciudadan@ pueda presentar una iniciativa de ley ante el Congreso federal.

Emulando a los jóvenes españoles que acamparon a lo largo de varias plazas en España, Gonzalo hizo un llamado a través de su cuenta en Twitter ( @yonofui ) para que otr@s twitter@s se le unieran en lo que él llamó la #AcampadaMx. En esos momentos el Senado de la República había aprobado ya un dictamen de reforma política que incluía esos cuatro puntos y lo que los jóvenes que empezaron a acampar entonces era que la Cámara de Diputados hiciera lo propio y también aprobara un dictamen similar al del Senado.

Desde entonces, gracias en gran parte a la atención de los medios de comunicación tradicionales, el esfuerzo de quienes hicieron esa primera acampada rindió frutos: algun@s diputados accedieron a reunirse con un grupo de twitter@s nada convencionales para hablar sobre el contenido de la reforma política.

A esos encuentros acudieron Josefina Vázquez Mota, coordinadora del PAN en la Cámara de Diputados; Armando Ríos Piter, algunos legisladores del Partido Verde e incluso un grupo de twitter@s tuvo una reunión con un nutrido grupo de legisladores del PT y de Convergencia. De esos encuentros salieron debates, pero sobre todo compromisos. Vázquez Mota prometió que el PAN votaría a favor de la Cámara de Diputados y Ríos Piter, escéptico al principio, hizo también una promesa en sentido positivo.

La dinámica de las reuniones con esos legisladores y el optimismo que de ahí salió hizo que se levantara esa primera acampada. Pronto se unieron grupos de ciudadanos que desde hace ya varios años exigían la aprobación de una reforma política que incluyese esos puntos. El grupo denominado Reelige o Castiga, así como algunos integrantes de la Asamblea Nacional Ciudadana, algunos académicos y periodistas y un creciente número de twitter@s se fueron incorporando a esta presión y al debate sobre los temas.

Tal optimismo se derrumbó ante la realidad de que dentro del PRI el grupo fiel al gobernador Enrique Peña Nieto así como algunos sectores afines en el PRD, PT y Convergencia afines a Andrés Manuel López Obrador se oponen, por distintas razones, a que se aprueben esos cuatro puntos. En específico el tema tabú para los opositores es el de la reelección legislativa consecutiva.

En la literatura académica abundan, por no decir sobran, los textos que hablan sobre las virtudes que la reelección legislativa consecutiva aporta para la rendición de cuentas y la horizontalidad a una democracia. Prácticamente nuestro país y Costa Rica son los únicos dos del Continente Americano que no permiten la reelección consecutiva de legisladores. La reelección inmediata de legisladores en México era una realidad hasta 1933 que decidió cerrarse esta posibilidad para fortalecer al entonces omnipoderoso PRI en lugar de la ciudadanía.

Y sin embargo, hoy los opositores intentan descalificar a los jóvenes que han regresado a acampar frente al Senado. Quienes no quieren ver una reforma política aprobada, la acusan de ser todo menos ciudadana, acusan a Gonzalo Ibarra de ser panista (como si eso fuera un delito) y a quienes apoyan esa reforma los acusan de trabajar por la "reforma de Felipe Calderón", como si esos puntos no hubiesen sido propuestos en 2006, 2002, 2000, 1996 y mucho tiempo antes.

Precisamente en 2006 trabajé en una organización de la sociedad civil llamada Fundar, Centro de Análisis e Información y en ese entonces varios integrantes de distintas organizaciones nos reunimos con un nutrido grupo de legisladores precisamente para pedirles que se aprobaran esos puntos que hoy han vuelto a revivir por enésima ocasión gracias a los jóvenes que la impulsan en Twitter y las redes sociales. Justo esta es la diferencia hoy en día, gracias al megáfono que son hoy esas redes, el debate ha revivido y pese a las descalificaciones, a los ataques y a que no se apruebe nada en el Congreso que sirva para las elecciones de 2012, nadie olvidará quiénes dentro del PRI y los demás partidos se opusieron a aprobar ahora un mecanismo imperfecto, pero que ayudaría a hacer mucho más responsivo nuestro sistema político.

Politólogo e Internacionalista

Twitter @genarolozano

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