A finales del siglo XV los nativos americanos mostraron a Cristóbal Colón las hojas del tabaco. Fue así como los conquistadores descubrieron que aspirando el humo, que se generaba al quemar la planta, tenían una sensación de bienestar y que esto se volvía adictivo; el consumo de tabaco se generalizó ampliamente en Europa, pero fue hasta el siglo XX cuando se inició su uso como cigarro.
El consumo de cigarros genera enfermedades que se han vuelto una epidemia. La nicotina es la principal sustancia adictiva. Sin embargo, el tabaco contiene otros carcinogénicos (productores de cáncer). También, la presentación de tabaco masticable (curado) puede causar cáncer oral y un incremento discreto de las enfermedades cardiovasculares.
Cuando el tabaco hace combustión, el humo resultante contiene 4000 sustancias, diferentes a la nicotina, que son dañinas, estas partículas se depositan en las vías áreas y en los alveolos.
El uso de pipas permite la absorción de cantidad suficiente de nicotina, que satisface la necesidad adictiva, pero no logra penetrar completamente al pulmón, por eso el daño es más evidente en las vías aéreas superiores y la cavidad oral.
La adicción a la nicotina se ha asociado a diversos genes. Por otra parte, existe adicción a la nicotina sin que la genética intervenga.
El tabaquismo ha disminuido en un 20 por ciento en adultos de Estados Unidos, Europa y Canadá, sin embargo, ha aumentado en jóvenes, situación muy preocupante. En Asia el tabaquismo se ha incrementado, especialmente en mujeres.
Las enfermedades asociadas al uso de tabaco arrojan la muerte prematura de 400,000 individuos cada año en el mundo. En los Estados Unidos representa que una de cada 5 personas fallece por esta causa.
Los daños al aparato cardiovascular son principalmente la arterioesclerosis que es más frecuente en fumadores, así como el infarto al miocardio, las enfermedades oclusivas cerebrovasculares y la obstrucción de las arterias de las extremidades son todas causantes de enfermedad y muerte (morbi-mortalidad).
El cáncer asociado al tabaquismo se presenta en la cavidad oral, pulmón, laringe, esófago, cérvix uterino, vejiga urinaria y se ha relacionado asimismo con leucemia mieloide, también se asocia al cáncer de mama y a carcinoma colorectal.
En el aparato respiratorio el tabaco ocasiona enfisema pulmonar, bronquitis crónica, agrava el asma bronquial y favorece la inflamación.
En el embarazo produce alteraciones de la placenta. Los hijos de madres fumadoras son más pequeños y pueden tener muerte súbita.
El tratamiento consiste en convencer al fumador que deje el cigarro, aquí puede ser necesaria la intervención de un psicólogo. También:
A) Fármacos: chicle o parche de nicotina, inhalador nasal de nicotina.
B) Bupropión y Veraniclina: cuando una persona decide dejar de fumar es conveniente acudir a una clínica de tabaquismo.
*Neumólogo.
Profesor de neumología de la Facultad de Medicina
De Torreón. U. A. de C.