Con emoción, los integrantes del equipo tricolor vieron como se izaba la bandera de su país teniendo a los lados la de Brasil y Corea para después dar rienda suelta a la fiesta, abrazados y brincando. (EFE)
Las notas del Himno Nacional Mexicano se escucharon en el estadio de Wembley, donde la selección Sub 23 subió a lo más alto del podio tras imponerse 2-1 a su similar de Brasil, en la final del futbol varonil de los Juegos Olímpicos Londres 2012.
Con emoción, los integrantes del equipo tricolor vieron como se izaba la bandera de su país teniendo a los lados la de Brasil y Corea para después dar rienda suelta a la fiesta, abrazados y brincando, situación que contrastaba con la tristeza principalmente de los amazónicos, que siguen con su “maldición olímpica”.
El primero en recibir su metal dorado fue el capitán del equipo, José de Jesús Corona, seguido por Carlos Salcido, siendo ellos dos de los refuerzos mayores de 23 años que llamó Luis Fernando Tena para complementar al grupo olímpico.
Una de las más grandes ovaciones fue para Oribe Peralta, autor de las dos anotaciones del triunfo sobre Brasil, y otra para Giovani dos Santos, quien se perdió la final por lesión; el segundo portero José Antonio Rodríguez, fue el último en colgarse su presea.
Con el metal en su poder y luego de recibir ramos de flores, los mexicanos esperaron que los combinados de Brasil y Corea del Sur posaran para las lentes de los fotógrafos con sus medallas de plata y bronce, de manera respectiva.
Cuando tocó su turno a los mexicanos de ser retratados, la célebre canción We are de champions del grupo de rock Queen y que es dedicada a los triunfadores en todo el mundo se dejó escuchar, mientras los monarcas daban la vuelta olímpica.