¿VIH sin relaciones sexuales?
¿Se acaban las relaciones sexuales para los portadores de VIH? ¿Deben reestructurar su vida erótica o simplemente descartarla? Aunque ya hace décadas la humanidad convive con este virus, aun hay muchas dudas en lo referente a la sexualidad.
Ismael, de 29 años de edad, heterosexual, sexualmente activo, ingresó al consultorio a recibir la respuesta confirmatoria o negativa de la prueba que se hizo para saber si era portador del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Su vida sexual siempre ha sido frecuente y con parejas distintas, aun así nunca ha usado condón. A pesar de toda la información referente al VIH y al sida, no había imaginado estar en riesgo, pero aceptó hacerse la prueba por petición de una amiga íntima con quien le gustaría establecer un noviazgo. Ahora estaba nervioso, las manos le sudaban y su espalda se puso rígida al escuchar al médico: “Su examen dio positivo a VIH”.
Ismael supo que debió prever ese momento desde que tuvo un encuentro íntimo con Carmen, una ex compañera de la secundaria a quien descubrió casualmente en una fiesta, para luego terminar en un hotel de paso. Salió del consultorio lleno de sentimientos de angustia y culpabilidad, reclamándose a sí mismo la estupidez de no usar preservativo, sabiendo que desconocía el historial y los hábitos sexuales de Carmen. Y entre las dudas que empezaron a surgir en su mente, hubo una que se repetiría a lo largo de los siguientes meses: ¿su vida sexual había llegado a su fin?
EL VIRUS LLAMA A LA PUERTA
Lo primero es aclarar que ser portador del VIH no es lo mismo que tener síndrome de inmunodeficiencia humana (sida). Estar infectado con el virus quiere decir que se ha estado expuesto a él, mas no necesariamente va a desarrollar la enfermedad. Se puede ser portador asintomático y no darse cuenta.
Actualmente, la población mundial viviendo con VIH es de 34 millones de personas, de las cuales 250 mil son casos registrados en México. No obstante, por la ya citada característica de falta de síntomas, se estima que el número de infectados es mucho mayor; al no tener malestares, un gran número de individuos ignora que es seropositivo y continúa como siempre con sus hábitos sexuales, con lo cual expone a sus parejas sin saberlo. No importa si el acto sexual es de tipo oral, anal o genital, cualquiera de ellos implica esa posibilidad.
Es por ello que cuando se tienen o se han tenido varios compañeros íntimos, resulta fundamental la protección con condón. Asimismo, es básico realizarse pruebas periódicas de detección de VIH.
Por otro lado, vale la pena mencionar que alguien con VIH no sólo expone a sus potenciales parejas en la cama. En el caso de la mujer, estar infectada conlleva un 30 por ciento de posibilidades de puedan transmitir el virus a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia. En cambio si es diagnosticada y recibe atención a tiempo, puede reducir ese porcentaje hasta el dos por ciento.
MANEJAR EL DESEO
¿Disminuye el deseo sexual en quienes adquieren el VIH? El Médico Internista Claudio Argote, Director del Centro Ambulatorio de Prevención y Atención al Sida e Infecciones de Trasmisión Sexual, indica que usualmente cuando un individuo se entera de que tiene el virus, suele experimentar una fase ansioso-depresiva durante la cual su libido disminuye en menor o mayor grado.
Sin embargo, una vez que asimila la situación puede y tiene todo el derecho a reanudar su vida sexual, siempre y cuando busque antes la asesoría necesaria para evitar contagiar a otras personas, e igualmente cuidarse de otras infecciones de trasmisión sexual que pueden agravar la evolución del VIH.
Tal asesoría se basa en un adiestramiento en sexualidad responsable, la cual implica información y habilidades. La información ayuda a identificar lo que es sexualidad segura, es decir a las actividades en donde no está contemplada la penetración, y la sexualidad protegida, la cual se enfoca al uso del condón masculino y femenino.
Es significativo enfatizar que el riesgo de contraer el VIH utilizando condón es muy bajo: por estadísticas se calcula un caso por cada 10 mil relaciones, y generalmente se asocia a la mala técnica de su uso. No hay que olvidar el riesgo de que el preservativo se rompa. Por esa razón, parte del citado adiestramiento consiste en la realización de talleres prácticos de condonería, en los cuales se enseña a colocar el condón de manera correcta.
La sexualidad en el sujeto portador del VIH es similar a la del resto de la población. Es decir, tiene deseos (no cambian sus niveles hormonales), y elige a sus compañeros con base en sus preferencias sexuales; no busca una relación con otra persona sólo porque también está infectada.
Por su parte, en quienes descubren que la mujer o el hombre con quien salen es seropositivo existe una amplia gama de conductas. Muchos rechazan continuar con la relación. Pero otros tantos aceptan seguirla e iniciar una vida sexual compartida, en cuyo caso lo ideal es que busquen asesoría profesional para saber cómo prevenir riesgos innecesarios. Y aunque parezca sorprendente, llega a pasar que algunos rechacen el uso del condón, aduciendo que no les importa adquirir el virus.
A su vez, aquellos que desarrollan sida y sufren de enfermedades oportunistas y concomitantes, sí pueden ver afectada su libido. Pero si reciben el tratamiento adecuado y controlan la enfermedad con ayuda médica y psicológica, recuperan su vitalidad y son capaces de reanudar su actividad sexual tal y como la llevaban previamente.
NUEVA PERSPECTIVA
El portador de VIH necesita recibir asesoría médica y psicológica a fin de poder disfrutar de una vida sexual normal y agradable, sin representar una fuente de riesgo para otras personas ni contraer otros virus que pongan en peligro su integridad y/o aceleren la evolución de la enfermedad.
La prevención de los padecimientos de trasmisión sexual obliga a tomar medidas, siendo la más eficaz hasta el momento el uso del condón masculino y femenino, aunado al conocimiento de la sexualidad segura y la sexualidad protegida. Es indispensable que los infectados con VIH conozcan las precauciones que deben adoptar, tomando en consideración que todo ser humano merece vivir dignamente y eso incluye el ejercicio de una sexualidad plena, satisfactoria.
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Fuente: Médico Internista Claudio Argote, Director del Centro Ambulatorio de Prevención y Atención al Sida e Infecciones de Trasmisión Sexual (CAPASITS) en Torreón.