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FACULTAD DE MEDICINA

DR. RUBÉN DARÍO GALVÁN ZERMEÑO

INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA

La insuficiencia renal crónica (IRC) es una enfermedad cada vez más común, sin embargo, es poco entendida por pacientes y familiares, por esa razón no se controla ni evita su avance progresivo. Aprovechamos estas líneas para orientarles en la toma de decisiones que involucran esta patología.

Ser filtro sanguíneo es la función del riñón que le permite a través de un fluido (orina) eliminar sustancias de desecho.

El riñón, también realiza el control más importante de la carga de ácidos que fabrica el organismo y la regulación de algunas sales esenciales como sodio, potasio, calcio y fosfatos, además, forma la eritropoyetina, hormona que estimula la renovación de glóbulos rojos e igualmente es receptor de efectos de otras hormonas que intervienen en las regulaciones de líquidos y sales ya mencionadas.

La IRC es causada por el aumento en la expectativa de vida, diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades obstructivas urinarias (crecimiento de próstata o cálculos), medicamentos nefrotóxicos, enfermedades inflamatorias e infecciosas del riñón, todas éstas dañan las nefronas (filtros renales) permitiendo la fuga de sustancias útiles (proteínas) y reteniendo sustancias tóxicas como urea y creatinina (desecho proteicos) que causan deterioro lento y progresivo.

Las pruebas que valoran el deterioro de la función renal permiten sugerir cambios en la dieta (proteínas, sal, evitar bebidas gaseosas ricas en fosfatos), llevar un buen control de la glucosa y presión arterial, para retrasar la llegada de la uremia.

Las manifestaciones clínicas son: aliento amoniacal, náusea, rechazo al alimento, anemia, retención de líquidos en cantidad variable, acidosis que causa respiración fatigosa y aceleración de cambios degenerativos de la circulación cerebral y coronaria.

Todo esto ocurre cuando el nivel de funcionamiento del riñón llega a 15 % o menos, ello implica intervenir sustituyendo la función renal deficiente con diálisis peritoneal o hemodiálisis. La diálisis peritoneal aprovecha los múltiples vasos sanguíneos en la superficie de intestinos y la grasa protectora que cubre a los mismos, poniéndolos en contacto con soluciones especiales infundidas en la cavidad abdominal mediante un catéter especial, facilitando la extracción de sustancias tóxicas acumuladas en la sangre.

La hemodiálisis es un acceso directo a la circulación a través de un catéter de dos direcciones que permiten extraer la sangre para purificarla a través de filtros artificiales en una máquina y retornarla limpia por esa misma vía hacia la circulación.

Es gracias a estos métodos de tratamiento que puede salvarse la vida de personas que de otra manera irremediablemente morirían en corto plazo. Sin embargo, es mejor retrasar su uso previniendo el mal curso de las enfermedades que causan la IRC, pero cuando se hace indispensable se recurre a ellos y deben resaltarse sus bondades.

*Médico internista. Jefe de Posgrado y profesor de Propedéutica Clínica de la Facultad de Medicina, Torreón, U.A. de C.

www.facultaddemedicinatorreon.blogspot.com

La próxima colaboración será del Dr. Evaristo Gómez Rivera, traumatólogo

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