En la medicina alternativa, ha aparecido un nuevo método para mantener la salud: La Risoterapia, que no es una terapia en sí misma, sólo una herramienta para hacer que los pacientes mejoren en su estado anímico y, consecuentemente, refieran buena evolución en la sintomatología clínica general.
Recuerde que en medicina existe lo que se conoce como "efecto placebo", aquél que según las habilidades de comunicación del médico, logra generar confianza y tranquilidad en el paciente y éste mejora en sus síntomas. Se dice que en cualquier patología, hasta el sesenta por ciento de la sintomatología es reforzada, para bien o mal, por el estado emocional del enfermo.
Esa herramienta terapéutica no es nueva en el mundo, sólo se ha reactivado. Hay antecedentes en el taoísmo chino o en medio oriente con los bailarines y cuenta cuentos, sin olvidar a los bufones y juglares de la edad media. Recuerde los cuentos clásicos: "Las Mil y una Noches", por ejemplo.
En México, desde finales del siglo anterior, existe la Asociación de Risoterapia, A.C., que cada día tiene más afiliados, llegando inclusive a la Región Lagunera.
Sin duda que reír es un "bálsamo para el alma", conocido desde los antiguos médicos y filósofos griegos y romanos; sus efectos son notorios en pacientes hospitalizados, de ahí que, un poco en juego y otro tanto seriamente, algunos estudiantes de medicina lo lleguen a practicar, alegrando a enfermos, -algunos "terminales"- particularmente menores.
De hecho, quienes se caracterizan con maquillaje y narices de bola roja, también se benefician con el tratamiento complementario y es que servir al prójimo siempre genera sentimientos de bienestar y utilidad humana.
Los psicoterapeutas, reconocen en la risa efectos importantes; entre ellos: un relajamiento psicológico y físico, que ayuda al paciente a conocerse en "el aquí y el ahora", en su realidad actual, haciéndoles más objetivos al momento de evaluar problemas.
Usted les dará la razón al recordar como un estado de enojo, roto con un buen chiste, hace que cambiemos de actitud y, en consecuencia, seamos menos drásticos en la evaluación de algún problema; al resultado emocional algunos le llaman "efecto de descarga".
Un pensamiento negativo comúnmente genera ansiedad y el enojo o ira empieza por dañar al que lo siente; el tratamiento puede incluir un proceso de relajamiento y, entre todas las alternativas: reír prolongadamente y de ser posible a carcajadas, "hasta que duela el abdomen". ¿O no?
"Consultar con la almohada", es un remedio utilizado por los sensatos y reír permite que nuestro cerebro se irrigue con sustancias estimulantes a las neuronas, ayudándonos a pensar mejor. Recuerde la dopamina y sus efectos.
En otros casos, dejar de pensar en el problema, da el relajamiento necesario y muchas veces la solución del mismo aparece "espontáneamente", una vez que nos hayamos tranquilizado.
La risa ayuda al tímido a socializar en alguna reunión entre desconocidos y atenúa los temores aparecidos al enfrentar una nueva situación extraña y/o que genere inseguridad. Ni que decir de las fobias o rechazos, que son mejor tolerados luego de escuchar un buen chascarrillo.
Una buena anécdota es el mejor medio para romper la tensión de una reunión; de hecho, muchos conferenciantes inician sus discursos narrando alguna historia jocosa, por muy serio que sea el tema a tratar. Ellos saben que es un remedio eficaz para generar confianza, relajamiento de la audiencia y predisponerla a la atención; consecuentemente, afecta positivamente a los oyentes, favoreciendo la aceptación de la propuesta que se les quiere hacer.
Hay quienes la utilizan para expresar emociones y no somos pocos los que buscamos el lado gracioso, hasta irónico, de los acontecimientos en nuestra propia vida. Desde luego que reconocer un error por medio del tono jocoso, hace que el juicio sea más benévolo.
Por otra parte, reír es un buen método para relajarnos.
En lo personal, reunirme con amigos de café para contarnos nuestras vivencias y "dar soluciones a los problemas del mundo", en medio de chascarrillos y carcajadas, me hace terminar de mucho mejor humor la jornada.
También podemos encontrarle efectos como remedio contra la ira, enojo, cólera, tristeza, depresión, ansiedad, estrés y caída de la autoestima.
Analizar un error o fracaso, tamizado por la risa y visión alegre de lo acontecido, nos da renovada energía para reconocerlo, actuar y remediarlo.
La historia de Patch Adams, seguramente la conoce a través de la película exitosa, que ha sido fuerte impulso para promover la Risoterapia entre los trabajadores de la salud, pero no debemos dejarles únicamente a ellos el remedio y la curación.
Como propósito diferente, es buena opción para paliar la frustración y el dolor psíquico que nos produce la inseguridad y el empobrecimiento de nuestra región y, tal vez, nos anime a actuar y combatir los orígenes de nuestras circunstancias.
¿No le parece?
ydarwich@ ual.mx