¡Ya soy niño grande!
Según la licenciada en Educación Preescolar, Perla Berenice Fraire Domínguez, la edad ideal para que un niño deje el pañal es entre los 18 meses y los dos años de edad. Sin embargo, para los padres que no llevan a sus bebés a una estancia o guardería, es importante que sean ellos los que estén preparados y tengan la disposición de dedicar tiempo y energía para motivar al niño o niña a ir al baño, esto por lo menos durante tres meses continuos y siempre respetando el ritmo natural del pequeño.
En el caso de las guarderías o estancias, las educadoras (es) mantienen el programa de comenzar a enseñar a los niños a ir al baño a los 18 meses, pero piden a los papas hacer un equipo para que al niño se le facilite dejar el pañal. Y es que, lamentablemente las prisas del trabajo de los padres no permiten que el programa se lleve en tiempo y forma, por lo que hace que el menor se retrase o no vea como importante, dejar el pañal.
Lo primero que se le debe mostrar al pequeño es cómo los padres usan el baño, en el caso de las niñas deben observar cómo la mamá usa la taza y en el caso de los niños debe ser el papá. Tal vez sea algo extraño para algunos papas, pero así es como el niño entenderá qué es y para qué es el inodoro, además de que se dará cuenta de que ya es tiempo de comenzar a ser grande. Asimismo, el niño debe de distinguir entre la orina y la materia fecal, conocidas también como pipí o popo, respectivamente, incluso se puede jugar a que sea el niño o la niña quien jale la cadena.
Al comenzar a preparar al menor es importante que se le compre una bacinica, al principio ésta se puede colocar en donde el niño se sienta más cómodo para hacer del baño, pero luego hay que acercarla al baño para que entienda que ahí es en donde se debe de hacer. Como dato relevante, el menor al ver su bacinica la usará como asiento, pero es cuestión de tiempo que él comience a relacionarlo como algo para sólo hacer pipí o popo.
Para el periodo de enseñanza, es necesario que el niño tenga ropa fácil de bajar, o calzoncillo entrenador, ya que como padres, o maestros, deberán estar atentos a los gestos o señas normales que el menor hace cuando está a punto de hacer sus necesidades, para así motivarlos a sentarse en su bacinica, lugar en el que se les platica o se les canta, con relación a la pipí o la popo para que relajarlos y evitar que se levanten cuando están haciendo.
La paciencia es la base para que el menor no requiera de más tiempo para aprender a ir al baño, por lo que la primera vez que haga pipí o popo, aunque sea en pocas cantidades, hay que elogiarlos y seguir motivándolos para el próximo triunfo, pero nunca hay que expresarles insatisfacción, ya sea porque no haga o porque sufra accidentes. Por ello es que los padres deben de llevar consigo ropa del niño extra para cualquier percance.
El proceso de aprendizaje generalmente toma de dos a tres meses, aunque en el caso de los varones podrían tomar más tiempo.
Una vez que los niños aprenden a usar la bacinica, pueden comenzar a usar un reductor de asiento para colocar sobre la taza del baño, además de un taburete para poder subir a la taza. En esta etapa se puede comenzar a cambiar el pañal entrador por el calzoncito de tela, pues esta acción podría hacer creer más al niño que ya es un “niño grande”, por que igual que papá o mamá ya llevan su propia ropa interior.
Como ya se mencionó, cada niño se desarrolla a su propio ritmo. Sin embargo, si el niño no ha logrado progresar dentro de los parámetros típicos (entre los tres o cuatro años) los padres deberían mantenerse calmados y buscar la asistencia de un profesional.
Toma en cuenta
-La mayoría de los niños tienen una evacuación intestinal una vez al día, por lo general una hora después de comer.
-La mayoría de los niños orinan a la hora de haber tomado una bebida grande, por lo que los papás pueden tomar ese dato y estar al pendiente de la hora en que sus hijos tienen que ir al baño, para que sea colocado en la bacinica y comience a notar cuando es el momento en que “siente” que debe de ir al baño.