Existe una fórmula a través de la cual las personas pueden conocer el nivel de riesgo para presentar la enfermedad y consiste en multiplicar el número de cigarros que se fuman por día, por el número de años a lo largo de los cuales se ha tenido esta adicción y dividirlo entre 20. (ARCHIVO)
El especialista Francisco Sánchez Llamas indicó que el tabaquismo y la exposición al humo de leña constituyen los dos principales detonantes de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
El neumólogo del Hospital de Especialidades del IMSS en Jalisco explicó que esta enfermedad ocurre debido a que el humo del cigarro y de la leña, tras ser inhalado no se expulsa por completo y esto hace que se acumule en los pulmones, lo que aminora su capacidad de captación de aire.
Señaló que dado el efecto acumulativo, “es difícil que la EPOC ocurra en personas menores de 40 años y si esto sucede es por cuestiones genéticas, en específico la falta de una enzima, pero lo común es que la enfermedad se presente de dicha edad en adelante”.
Añadió que los síntomas característicos de esta enfermedad incluyen dificultad respiratoria y tos con flema, “y se trata de una afección hasta ahora sin cura, en la cual los daños se instalan y no es posible restablecer la función pulmonar”.
Afirmó que existe una fórmula a través de la cual las personas pueden conocer el nivel de riesgo para presentar la enfermedad y consiste en multiplicar el número de cigarros que se fuman por día, por el número de años a lo largo de los cuales se ha tenido esta adicción y dividirlo entre 20.
“El resultado de esta ecuación será la cantidad de humo acumulada y en consecuencia el mayor o menor riesgo a presentar EPOC”, apuntó.
Precisó que de acuerdo al grado de severidad, “la EPOC puede imposibilitar a la persona hasta para dar unos cuantos pasos o completar una frase de cinco palabras, por lo cual es muy importante evitar los factores de riesgo como el tabaquismo y cocinar con leña”.
Destacó que para el diagnóstico de la EPOC, además de los datos clínicos, el paciente debe someterse a estudios como radiografía de tórax, así como a una espirometría, “que consiste en inhalar todo el aire que se posible y soplar a través de un equipo especial que conectado a una computadora, da la lectura de la capacidad ventilatoria del paciente”.
Subrayó que para los siguientes años se espera “el pico más alto de la enfermedad, debido a la cada vez mayor cantidad de personas que fuman, pero lo peor es que al iniciar con esta adicción a edades más tempranas, el daño se puede instalar en personas más jóvenes en detrimento no sólo de la calidad sino de la expectativa de vida”.